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MOTOGP | GP DE ITALIA

El éxito esquiva a Rossi en casa: década de sequía en Mugello

En 2008 Valentino logró la última de siete victorias consecutivas en el circuito italiano y, desde entonces, no ha conseguido ganar allí.

Valentino Rossi celebrando su última victoria en Mugello en 2008.
ANDREAS SOLAROAFP

Es verdad, el GP de Italia no será fácil para Márquez. Visita territorio enemigo y tendrá toda la presión de la afición encima, y más tras vivir nuevos capítulos de su rivalidad con el ídolo local. Sin embargo, tampoco lo será para Rossi. Jugar en casa no siempre es una ventaja, se lo pueden decir al Madrid de LaLiga en el Bernabéu y a Valentino en Mugello. Y es que esta temporada se cumplen 10 años desde la última victoria del 46 en el circuito de la Toscana. Fue en 2008. A partir de entonces, 18 triunfos en MotoGP, pero ninguno que celebrar con sus compatriotas.

Cuando se bañó en champán tras imponerse a Stoner, al que venció para levantar su octavo Mundial, seguro que no pasó por su cabeza que aquella séptima victoria consecutiva en su país sería la última vez en 10 años que se subiría al peldaño más alto del podio de esa importante cita. De momento… Está por ver si este fin de semana Yamaha encuentra por fin un rendimiento competitivo en uno de sus circuitos predilectos para olvidar su discreto inicio de campaña. Pero, sin duda, el balance de Rossi en esta cita en la última década es claramente negativo.

En 2009, año de su noveno y último título, volvió a subir al cajón, pero para ver de cerca como Stoner celebraba su victoria. A partir de ahí, encadenó cuatro años malos, especialmente el siguiente, el de 2010, cuando sufrió una tremenda caída en el FP2 que resultó en una fractura de tibia y peroné de la pierna derecha. Los dos siguientes fueron los de su época en Ducati y lo máximo a lo que aspiró fue a un quinto puesto en 2012. En su regreso a Yamaha en 2013 no le fue mejor: se fue al suelo en la primera vuelta en un lance con Bautista.

En 2014 y 2015 volvieron las buenas noticias para El Doctor con dos podios como tercero, pero en 2016 se le cruzó la mala suerte en uno de sus abandonos más amargos. Por primera vez en ocho años se adjudicó la pole allí, iba pegado a Lorenzo, luchando por ganare y… se le rompió el motor de su M1, algo de lo más inusual. Los tifosi enmudecieron. En su última visita, hizo el esfuerzo de correr mermado tras una caída de motocross y acabó en un meritorio cuarto. Este año, estrenará diseño en su casco, como manda la tradición, e intentará subir su apuesta.