Las 7 conclusiones del GP de la República Checa: Nieto, Rossi...
El Mundial de MotoGP volvió de vacaciones en Brno con el protagonismo de sus estrellas, pero la que más brilló fue la del Maestro.
Ángel Nieto será eterno
Muchos somos los que sabíamos de la grandeza de Ángel Nieto, como ya dije, pionero, ídolo, mito, compañero y amigo en mi caso, lo que no imaginaba es la dimensión tan enormemente brutal que ha tenido su muerte. Y me alegro. Después de lo vivido estos días, queda claro que el Maestro será eterno. Por cierto, me encantó que le llamaran Maestro en esa preciosa pancarta en su honor que se situó en la parrilla de Brno para que presidiera el emotivo minuto de silencio que hubo por él. Fue allí donde Carmelo Ezpeleta me confirmó que el circuito de Jerez llevará el nombre de Ángel Nieto. Él quería desde hace un par de años que el circuito le hiciera allí un monumento a la afición española. El monumento estará en breve, porque él era el piloto del pueblo y ver su nombre allí, donde ya tenía una curva, será un homenaje para él y para todos los que adoramos.
El detallazo de Pol con el casco alado en la parrilla
Sin ánimo de competir con nadie, el detallazo particular más emotivo del fin de semana checo en memoria de Nieto lo tuvo Pol Espargaró. Qué bonito fue verle salir del box sobre su KTM para llegar a la parrilla de MotoGP mirando al cielo con el casco réplica del mito fallecido puesto en su cabeza. Aunque era un AGV, su marca habitual, no pudo correr con él por asuntos de patrocinadores, pero el gesto quedó ahí y, de alguna manera, seguro que le dio alas para lograr su mejor resultado de la temporada. Le consiguieron una réplica a contrarreloj, y menos mal, porque otra opción que se barajó fue haberle hecho llegar desde España el que yo guardo en casa. Conservo el que usó el Maestro para la vuelta que se dio a la Isla de Man en 2010 y que me regaló al acabar la misma. Se lo hubiera dejado a Pol, pero mejor que siga tal cual está, con el olor del 12 +1 aún impregnado en su interior.
No nos creemos la explicación de Márquez
Márquez ganó en MotoGP al más puro estilo Nieto, por listo, y mató la carrera entrando mucho antes que los demás a boxes para cambiar de moto. Hubo un detalle que muchos vimos como un acto de pillería y que luego él se encargó de desmitificar. Me refiero a la pérdida de posiciones en la segunda vuelta, en la de su entrada al pit lane, para que los rivales no le vieran y evitar así que le copiaran su estrategia. Dijo riéndose que lo hizo forzado, porque le faltaba agarre en la goma trasera por haberse decantado por la opción blanda, pero insisto, no le creo. No sería la primera vez que nos engañase como a chinos. ¿Habéis visto su documental 'De Cervera a Tokio'? Pues eso…
Maverick aprende a sufrir
Me queda la duda de saber si Pedrosa hubiera sido capaz de pelearle la victoria a Márquez en caso de haber entrado a cambiar de moto a la vez que él. Tenía muy buen ritmo también y se le vio ir como un tiro cuando se subió a la Honda de seco, pero sólo le dio para ser segundo, lo que no está nada mal. Sin embargo, e incluso acabando una posición detrás de él, sale más reforzado Maverick que Dani de Brno. El de Yamaha ha aprendido a sufrir este fin de semana y eso le va a valer para el futuro. Aseguró el sábado que para ser campeón habría que acabar, como mínimo, todas carreras en el podio, así que sigue con su tercero de ayer en la senda que él se ha marcado. Además, ya sabe que remar contracorriente, cuando las cosas no están tan a punto como él desea, también da sus frutos. Se va a 14 puntos de Márquez, pero siete por delante de Dovizioso, ocho de Rossi y 17 de Pedrosa. Continúa siendo el rival que más preocupa a Márquez, como antes de empezar el campeonato.
Rossi siempre palma con el flag to flag
Parece mentira que Rossi, siendo tan buen estratega como es, sufra tanto cada vez que hay una carrera en formato flag to flag (de bandera a bandera). En seco hubiera estado para pelear por la victoria y resultó gracioso escucharle decir que esta vez las orejas de burro se las debían repartir entre tres o cuatro. Otro punto fue cuando aseguró que confiaba en subir algún día al podio en este tipo de carreras antes de retirarse. Está claro que no es oro todo lo que reluce y que en materia de estrategia improvisada, la que se lleva a cabo desde el muro, sus asesores no brillan a la altura que él lo hace a lomos de su M1. De hecho están a años luz.
Dovizioso empieza a dejar de creer
Dovizioso había confesado a los suyos antes de la carrera de Brno que, si conseguía encadenar tres podios seguidos en las tres citas de agosto (Brno, Spielberg y Silverstone), iría a muerte a por el título. Pues ayer sólo fue sexto… Contribuyó a ello una mala gestión en el box de Ducati a la hora del cambio de moto, como con Lorenzo, pero luego no demostró en la pista la misma garra que Rossi. Fueron juntos en casi todo momento, pero al final llegó a meta a tres segundos de él y no tuvo oportunidad de superar a Crutchlow, como sí hizo Valentino en la última vuelta. En días así se entiende que el aficionado crea mucho menos en él que en cualquier otro de los que están en la pelea por el título.
Lorenzo fue víctima del casino Ducati
'Casino' es una elocuente expresión italiana que se usa de la misma manera que nosotros empleamos caos o caótico. Y eso es lo que fue el box de Ducati en el cambio de motos de sus pilotos. Lorenzo dijo que estaba para ganar, y hay que creerle viendo su ímpetu en las primeras vueltas, pero le arruinaron la carrera en su box. Le dieron la orden del cambio de moto a través del dashboard, la pizarra virtual, y cuando entró no estaba lista su segunda Desmosedici. Y cuando lo estuvo ni siquiera era con los reglajes cien por cien de seco, con lo que salió a la pista con un híbrido de puesta a punto que le llevó a la deriva hasta la decimoquinta plaza final. Se lo tomó con filosofía e hizo bien, porque ese día negro del equipo tapa alguno de los que haya podido tener él o pueda tener en el futuro. En Austria debería ir todo bien, porque es el circuito más propicio de toda la temporada para Ducati, y más ahora que vuelven a disponer, aunque sean camufladas, de unas exageradas alas.