Robert Kubica vuelve a lo grande y McLaren acaba con los mejores
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Robert Kubica entra en escena. Quizás no de la forma más elegante: salió de su box en Hungaroring, golpeó en la pared y se llevó consigo parte de la decoración de Renault. Pero esa anécdota fue la única complicación de una larga jornada de trabajo en Hungría, completó 142 vueltas y consiguió un registro de 1:18.572, finalizando a 1.4 del tiempo más rápido este miércoles y demostrando a la firma de Enstone que sí puede ser competitivo.
El polaco se había subido al Lotus de 2012 hace varias semanas, pero era la primera vez que pilotaba un Fórmula 1 actualizado desde su grave accidente de 2011, el que le obligó a dejar la competición. Y cumplió, se quedó a una décima del crono de Palmer en la clasificación del sábado. Y con respecto a los que rodaron ayer, fue más rápido que Carlos Sainz y Daniil Kvyat con el Toro Rosso, aunque ellos no tenían que buscar tiempos para impresionar y sí trabajar con novedades que incorporará el filial de Red Bull para lo que resta de temporada. Y más rápido que los aspirantes de Mercedes, George Russell con el W08 (probó el nuevo 'Halo') y Lucas Auer y Nikita Mazepin a bordo del Force India. Tampoco brilló Pierre Gasly con un Red Bull que ya dio problemas a Max Verstappen el día anterior.
Por delante, Ferrari en su mundo. Sebastian Vettel dio 40 vueltas por la mañana marcando un 1:17.124 utilizando los neumáticos superblandos. Después cedió el coche a Kimi Raikkonen, al que no se esperaba en el test y que dio 60 vueltas para la Scuderia. Se quedó a siete décimas de su compañero, independientemente de sus programas de trabajo.
Entre los coches de rojo se coló un McLaren, como en los viejos tiempos. El joven británico Lando Norris, que con 17 años compite en la Fórmula 3, se lució pilotando el MCL32 impulsado por Honda en el circuito que menos castiga a los motores y consiguió un 1:17.385, mejorando incluso los tiempos de Alonso y Vandoorne en la clasificación del pasado sábado. Completó varias tandas con rodajes de calidad que sirvieron al equipo para avanzar con sus programas de trabajo. En Woking han esperado a que se cerrara el estadio y se marchara el público para marcar un gol por la escuadra, pero a puerta vacía...
