The Last of Us: Parte II Remasterizado
- PlataformaPS58.5PC
- GéneroAcción, Aventura
- DesarrolladorNaughty Dog
- Lanzamiento19/01/2024 (PS5)03/04/2025 (PC)
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorSony Interactive Entertainment
Review
Análisis de The Last of Us Parte 2 Remastered y de un roguelike que pide a gritos un cooperativo online
La obra maestra de Naughty Dog regresa con un lavado de cara irrisorio y un completísimo modo extra que bien vale los 10 euros que cuesta su actualización.
The Last of Us Parte 2 es uno de esos juegos que te escupen en la cara. Una obra autoconsciente que sabe de su calidad y precisamente por eso se permite el lujo de provocarnos una y otra vez con la muerte de personajes clave, cambios de puntos de vista y lecciones morales. Si nunca lo has jugado, a la media hora de empezar tendrás ganas de llorar y abandonar. A la mitad te apetecerá tirar el mando por la ventana y volverás a considerar abandonarlo. Y qué decir del final, de los que te secan a nivel emocional y te dejan vacío por dentro. Pero aunque hagas amago, nunca lo sueltas. Porque en lo jugable posiblemente se trate de uno de los mejores third person shooters de la pasada generación. En lo gráfico también es uno de los mayores portentos jamás vistos y su historia y narrativa son dignas de triunfar en cualquier medio (tal y como está demostrando la serie). Arriesga muchas veces y aunque no siempre le sale cara, al condenado nunca le pasa factura gracias a lo bueno que es. Es una obra maestra que te restriega en la cara su condición. Por eso la gente lo ama y lo odia a la vez.
¿Se nota el cambio gráfico?
Hoy es turno de analizar su nueva versión, The Last of Us Parte 2 Remastered, y se reabre con ella el debate empezado con el remake del juego original. ¿Era necesaria? Seguramente no. Estamos hablando de un juego de hace menos de cuatro años que ya había recibido un parche para PS5 con los ansiados 60 fps y toda clase de añadidos. Así que a nivel gráfico no os vamos a mentir, nosotros no apreciamos grandes novedades. Quizás algo más de resolución (4K) y un mejor framerate según el televisor (VRR), pero tampoco queremos presumir de un ojo biónico que no tenemos. Sony asegura que hay texturas y sombras retocadas, una mayor distancia de dibujado, animaciones pulidas y toda una serie de detalles de los que no nos hemos percatado ni estando sobre aviso. Ni siquiera las funciones del Dualsense brillan demasiado. En cualquier caso, The Last of Us Parte 2 nos pareció abrumador en su día y continúa siéndolo. A pesar del tiempo llovido permanece como uno de los techos técnicos de la industria. A esta versión no le hacían falta grandes revoluciones, sino que le bastaba con pasar el polvo. Dicho y hecho.
La principal novedad: el modo roguelike
Esta edición tendría que haber venido acompañada de la coletilla Director’s Cut en vez de la actual. Suponemos que ha sido por coherencia y cohesión (pues ya hubo un primer The Last of Us Remastered), pero la novedad no es un lavado de cara, sino de contenido. La joya de la corona entre sus incorporaciones es Sin Retorno, un nuevo modo roguelike. Ofrece partidas de entre veinte minutos y una hora de duración (según la dificultad que escojamos) en las que hemos de superar cinco encuentros aleatorios con enemigos y un último enfrentamiento con un jefe final. Entre fase y fase podemos mejorar las armas, canjear suministros por habilidades y hasta elegir cuál será el próximo nivel. A diferencia de Valhalla, el DLC roguelike de God of War Ragnarok, no hay ningún tipo de narrativa que hile las diferentes intentonas. Eso sí, si os impresionó aquel, el de The Last of Us Parte 2 Remastered es aún más completo si cabe.
Para empezar, no es un modo horda al uso. No siempre nos exige derrotar a una oleada de enemigos. También hay niveles que consisten simplemente en sobrevivir durante un tiempo, en proteger a un NPC o en robar una caja fuerte sin que nos detecten. A ello se suman los modificadores, cuyo número es sorprendente. Pueden hacer que en determinadas misiones lluevan cócteles molotov del cielo, que haya infectados invisibles, que los enemigos suelten bombas al morir o que tengamos que lidiar con niebla intensa, lluvia o diversos filtros de colores que ponen toda la pantalla roja, por ejemplo, y hacen imposible ver nada. Habrá fases en las que sólo podamos usar un tipo de arma y por supuesto, cambios en las características de nuestros adversarios (más velocidad, más daño, conocimiento automático de nuestra ubicación, etcétera). Es más variado y completo de lo que imaginábamos.
A las variables de arriba hemos de sumar también que hay 10 personajes jugables y que cada uno es una build distinta. Jugar con Tommy, el hermano de Joel, no es lo mismo que jugar con Mel, la pobre embarazada del grupo de Abby. Cada uno tiene sus propias habilidades. Tommy empieza con un fusil de francotirador, por ejemplo, y Mel viene con varios botiquines de serie, con los que además se cura más rápido que los demás. Joel no puede esquivar, pero trae dagas y un revólver personalizado, mientras que Abby brilla en el cuerpo a cuerpo. Deberemos aprender a dominarlos todos porque cada uno cuenta también con sus propios desafíos asociados y deberemos superar los mismos para desbloquear nuevos trajes, skins para las armas y trofeos, por supuesto.
Si queremos lograr el 100% y sacarnos todos sus trofeos (los cuales no son necesarios para el platino, sino parte de una lista adicional, como la del modo permadeath y la dificultad realista) estamos hablando de una duración de entre 5 y 15 horas. Engancha, cuenta con marcadores online y Naughty Dog saca cada día una “Partida diaria” con normas especiales y personajes elegidos por ella. Hay un trofeo de oro que exige superar dicho reto en la dificultad más alta. Sin interfaz, sin modo escucha, muriendo de dos golpes (o de uno si nos coge un clicker). Si morimos, no podremos volver a intentarlo hasta la jornada siguiente. Un poco a lo Returnal. Es un desafío mayúsculo y apasionante. Nos obligará a arriesgar más en cada nivel y a prestar atención a los objetivos secundarios. Tareas opcionales como crear ciertos objetos y depositarlos en un buzón o hacer determinados tiros a la cabeza, bajas con sigilo y demás. Como decíamos, Sin Retorno es completísimo.
Tendría que haber tenido cooperativo online
Al margen de los inesperados tiempos de carga entre fase y fase, nuestra única pega (y no es poca cosa) es que en gran parte de los niveles vamos acompañados de un NPC que bien podría haber sido un amigo. Han sido tantas las veces y funcionan tan bien que hemos terminado imaginándonos un cooperativo online y poniéndonos los dientes largos. Este modo roguelike lo pide a gritos. Con un sistema de rangos y matchmaking hubiera sido una auténtica maravilla, aún para grupos reducidos de dos personas. La idea nos recuerda al multijugador de Uncharted 2, en el que llevábamos un ídolo de oro de un lado para otro colaborando con la gente y luchando contra la consola. Hubiera disparado su duración y habría diferenciado su propuesta del resto. Es una lástima, una gran oportunidad desaprovechada.
En general, ese pensamiento ha pasado varias veces por nuestra cabeza mientras disfrutábamos de The Last of Us 2 Remastered. La idea de que esta versión iba a salir escoltando al multijugador, a Factions. Tras su cancelación, es como si Naughty Dog no hubiese querido echar todo el trabajo por la borda y hubiera rescatado algunos modos, aún con recortes o a medio hacer, para salir al paso. Al fin y al cabo esta generación empezó en 2020 y 4 años después aún no tenemos ni un juego de la desarrolladora exclusivo de ella. Vistos sus problemas de los últimos años, la cosa va para largo.
¿Qué tal los nuevos niveles?
La otra novedad anunciada a bombo y platillo son una serie de nuevos niveles recortados de la versión original. Se llaman “niveles perdidos”, son tres y duran cinco minutos cada uno. Se nos avisa en repetidas ocasiones de que se encuentran “en un estado prealfa inacabado que refleja el aspecto que tenían cuando se eliminaron del juego”. Consisten en poco más que andar y escuchar los comentarios de los desarrolladores de fondo. Están muy verdes a nivel gráfico y sonoro (alguno no tiene ni el audio de los diálogos grabado). No han sido integrados en la historia principal y se accede a ellos desde el menú “Cómo se hizo”, donde también se pueden activar esos mismos comentarios para el modo campaña y donde encontraréis arte conceptual, un tráiler del documental sobre cómo se hizo The Last of Us Parte 2 (ya podía ser el propio documental) y un pódcast del juego con cuatro capítulos de cerca de una hora cada uno.
El primer nivel, ‘Fiesta en Jackson’, se ambienta al principio de la historia, antes de que Ellie y Dina se besen. Es una placita llena de gente en la que podemos jugar al pilla pilla, beber algo y pintarnos la cara con ceras Manley. El segundo, ‘Alcantarillas de Seattle’, ocurre antes del hospital y el primer encuentro con los serafitas, cuando Ellie y un infectado se caen a los rápidos. Se trata de una laberíntica fase en la que ir reptando entre la basura por distintos conductos. Y el tercero y último, ‘La cacería’, se sitúa al comienzo de la escena de la granja. Establece un paralelismo con el primer The Last of Us, en el que Ellie rastreaba un ciervo, y nos pone en un bosque similar tras la pista de un jabalí que la protagonista pretende llevar a Dina y JJ.
Hay detalles curiosos y bonitos. La persona que nos pinta la cara en el primer nivel, por ejemplo, es la misma que hizo el tatuaje de Ellie. A su vez, en el pilla pilla, los niños que se la quedan tienen que fingir que son un clicker y moverse y actuar como tal. Vamos que muestra un poco más de la vida en ese mundo tan maravilloso como aterrador. En los otros dos se ahonda en el trauma de Ellie y tienen un par de momentos tan efímeros como dolorosos. Pero lo mismo que con los gráficos, no nos engañemos, en quince minutos nos los habremos ventilado y desearemos que hubiera más, o que los presentes se hubieran alargado y terminado de desarrollar. No restan, pero lo único que aportan son ganas de verlos terminados e incluidos en la historia principal. Si de verdad tenían miedo a que el ritmo se resintiera bastaba con hacerlos opcionales.
Guitar Hero
Otro de los extras más jugosos es el modo para improvisar libremente con la guitarra. Más currado que los niveles perdidos, nos permite personalizar el instrumento con el que tocar, sus pedales y efectos de sonido, el personaje al que manejamos, el escenario de fondo y varios tipos de filtros audiovisuales para echar fotos. Podemos cambiar la guitarra por el banjo, escoger a Gustavo Santaolalla (el compositor de The Last of Us) y llenar con nuestra música Jackson, la tienda de música, el teatro o la granja bajo los focos de colores que más nos apetezcan.
Es un modo precioso y de lo más relajante y satisfactorio incluso para los que no saben ni un ápice de tocar. Aún así, se hubieran agradecido tutoriales y partituras para dichos neófitos. Va a dar pie a composiciones maravillosas cuando los más melómanos le echen el guante, pero tampoco tiene mayor recorrido para el común de los mortales.
Extras anecdóticos
Quedaría mencionar también un modo speedrun con marcadores online y la posibilidad de desbloquear nuevos trajes para Ellie y Abby, o skins para las armas (características sólo desbloqueables después de habernos vuelto a pasar el juego). En cualquier caso, la conclusión a todos los extras es la misma: se agradecen enormemente ya que la inmensa mayoría de remasterizaciones vienen a pelo con un par de filtros y poco más, pero no dejan de ser añadidos anecdóticos e insustanciales. El único que justifica la existencia de este remaster es el modo roguelike y es la principal razón para recomendar (o no) su compra. Aunque si tenéis opción de actualizar vuestra versión por 10 euros, para nosotros los vale.
Conclusión
Es una remasterización, pero lo que menos importa de esta versión de The Last of Us Parte 2 son los gráficos. Las mejoras son imperceptibles fuera de comparativas y análisis técnicos. Sigue viéndose de forma excepcional y punto. En realidad parece más bien una Director's Cut repleta de añadidos. Aunque se agradecen, la mayoría son anecdóticos e insustanciales. No justifican su existencia. El único verdaderamente importante es el modo roguelike. Es de lo más completo y sacar su 100% nos llevará entre 5 y 10 horas. Aún así, es un modo que pide a gritos un cooperativo online. Tendría todo el sentido del mundo y le funcionaría a las mil maravillas. Su ausencia lo deja cojo y nos lleva a pensar que todo esto iba a salir de la mano del multijugador antes de que lo cancelaran. Queda por tanto la sensación de estar ante un producto incompleto y para salir al paso, pero al fin y al cabo se trata de The Last of Us 2. Toda excusa es buena para volver a una de las cimas de la pasada generación.
Lo mejor
- Como videojuego sigue siendo una obra maestra.
- El modo roguelike, completísimo.
- Trae más añadidos y extras que el remake del primer juego.
Lo peor
- Las mejoras gráficas son imperceptibles.
- El modo roguelike pide a gritos un cooperativo online y trae tiempos de carga.
- Los niveles perdidos son sólo tres y apenas duran 15 minutos en total.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.