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Nioh, Guía completa - Región de Chugoku

¿Preparado para morir una y otra vez? ¡Afronta el desafío de Nioh con ayuda de nuestra guía!

GUÍA NIOH: REGIÓN DE CHUGOKU

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Umi-Bozu se presenta como el enemigo principal de esta región, compuesta por dos misiones principales. Nos encontraremos con él al final de la misión 5.

Antes de comenzar ninguna misión, es recomendable hacer el tutorial de mago que se ha añadido al dojo. La magia Onmyo es un buen complemento a nuestro arsenal de combate, aunque no nos centremos específicamente en ella.

MISIÓN 4: La mina de plata se resiente

Si te preguntabas hasta ahora para qué querías tanto antídoto, esta es una misión del juego que responderá tu pregunta.

El mayor enemigo en este nivel es el gas venenoso. Es fácil caernos a pisos inferiores cubiertos por él y los no muertos nos envenenarán si nos agarran.


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Comenzamos avanzando por el camino en línea recta con respecto al santuario y recorremos la pasarela de madera que da la vuelta a la cueva. Al final de esta se encuentra un ventilador, un artefacto útil que despeja la sala inferior de gas. No es necesario que bajemos, podemos continuar por el túnel que queda enfrente del ventilador y que está lleno de no muertos. Cruzamos el túnel y avanzamos por la pasarela de la izquierda hasta el final, con cuidado del yokai rojo que pasea por ella.

En este nivel hay que tener especial cuidado en los combates encima de las pasarelas, pues al ser estrechas nos dan poco margen de maniobra y podemos caernos a los pisos inferiores y sumar al daño por caída el estado de envenenamiento.


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Al final de la pasarela nos dejamos caer a la plataforma de piedra. Al frente y en el piso inferior veremos una puerta por la que tenemos que salir, pero necesitamos la llave y despejar el piso de gas.

Para limpiar la zona nos damos la vuelta y nos dirigimos al ventilador que queda cerca de la niebla de yokai, y luchamos contra el yokai que lo protege: la rueda de fuego. Este yokai avanza hacia nosotros y nos embiste con rapidez, por lo que es ideal comenzar el combate bloqueándole o al menos asegurándonos de que tenemos suficiente espacio para esquivar. Una vez parado, es fácil atacarle pero hay que cubrirse de sus ataques de llamarada.

Cuando acabemos con él, activamos el ventilador y nos dejamos caer al piso de abajo. Avanzamos hacia un túnel que queda enfrente y subimos unas escaleras hasta llegar a la plataforma donde como botín en un cadáver se encuentra la llave de la mina central. Volvemos a bajar y la usamos para abrir la puerta, y avanzamos hasta llegar al segundo santuario del nivel.


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Esta zona conecta directamente con el jefe, pero como el camino hasta él puede hacerse pesado, lo ideal es buscar el atajo. Para ello salimos de la cueva del santuario y avanzamos por la pasarela, justo enfrente queda una puerta que es la que queremos abrir pero hay que hacerlo por el otro lado. Continuamos por la derecha y bajamos a la plataforma inferior, donde se encuentra un ventilador, lo activamos y bajamos de nuevo. Corremos hasta la zona opuesta y avanzamos por dentro de una zona cubierta hasta dar con una escalera. La subimos y seguimos el camino de la pasarela, con cuidado porque en la esquina nos emboscará una rueda de fuego. Giramos a la izquierda y luego podemos o bien continuar el camino de la derecha (que lleva al jefe) o avanzamos hasta el fondo, donde está la sala con la puerta del atajo y también un yokai rojo que la protege.

Derrotar al Gran Cienpies

De primeras puede resultar un jefe algo intimidante por su tamaño y por lo complejo del diseño del nivel en el que se encuentra. Lo cierto es que el combate es más sencillo de lo que parece y se lleva mejor desde el suelo, sin tener que recurrir a estrategias elaboradas con las plataformas del nivel.


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Las claves para salir victoriosos son dos: esquivar las bolas venenosas que escupe, y esquivar sus potentes ataques cuerpo a cuerpo.

Por lo demás, podemos bloquear su mordida con facilidad y atacar al cuerpo. Siempre que evitemos su cabeza nos irá bien.

Misión 5: Resurgen los bramidos del mar

Siguiendo con la tendencia del diseño de la misión anterior, este nivel está repleto de pasarelas estrechas que conducen a nuestra muerte.

La misión entera se desarrolla en los restos de un templo inundado, caernos al agua supone una muerte inmediata.


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Llegamos hasta el santuario y seguimos por el puente. Cruzamos la zona cubierta y giramos a la izquierda, luego por la derecha por encima de los tablones sobre el agua. Cuando cruzamos al otro lado seguimos por el camino de la derecha y luego subimos por los tablones hasta el tejado. Continuamos por el borde del tejado sin caernos por los agujeros hasta dar la vuelta y encontrarnos abajo con el segundo santuario. Nos tiramos.


Seguimos al frente y abrimos la puerta que nos lleva a una nueva zona cubierta, al fondo a la derecha se encuentra la puerta que lleva al jefe.


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De cara a facilitarnos el combate contra el jefe final, podemos, si queremos, alargar más el recorrido de este nivel en búsqueda de tres hogueras. Encenderlas supondrá una ventaja frente a Umi-bozu, que no podrá invocar enemigos para pelear contra nosotros durante el combate.


  • La primera hoguera se encuentra nada más comenzar y cruzar el primer puente de madera, a la derecha.

  • La segunda se encuentra pasando de largo el camino a la derecha que da a la puerta del jefe y continuando al frente. Abrimos una puerta y cruzamos por dentro de un barco destrozado, luego continuamos por la derecha por tablones hasta llegar una plataforma donde hay un santuario. Pasamos por detrás de la caseta, subimos unas escaleras y avanzamos por el tejado hasta bajar por otra escalera. Entramos en la caseta donde está la hoguera y un yokai rojo que la protege.

  • A la última se llega volviendo a subir la escalera y recorriendo los tejados hasta llegar a pisar lo que parece un casco de un barco destrozado. Nos dejamos caer y giramos a la izquierda, abrimos una puerta corredera y llegamos a una zona cubierta. Está en esa sala protegida por un yokai con hacha.

Derrotar a Umi-bozu

Umi-bozu es un jefe sencillo en patrones, pero que no deja margen para errores. El combate de primeras se puede facilitar más o menos según queramos facilitarnos el nivel que le precede buscando las hogueras. Con las tres hogueras encendidas nos libramos de sus secuaces durante el combate, y si no tendremos que lidiar con ellos.


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Este jefe es débil contra el fuego, por lo que es muy recomendable imbuir nuestra arma con amuletos de fuego o mediante magia Onmyo.


La primera fase es relativamente sencilla pero larga y repetitiva, lo cual nos puede agotar y hacer que perdamos la concentración. Debemos evitar a toda costa prácticamente cualquier ataque suyo, porque nos restan mucha vida, pero por suerte se pueden esquivar con facilidad.

Hay que tener especial cuidado en la onda de energía que escupe, pues es una muerte instantánea. Para preveerlo, hay que fijarse si abre la boca, a veces es más sutil que otras y puede lanzarlo después de otro ataque, aunque por lo general deja un par de segundo entre ataque y ataque.


En la segunda fase salta al centro de la plataforma. Tenemos que esquivar cuando trate de saltar encima de nosotros y no pasar mucho tiempo cerca de él atacándole, pues hacer un ataque cuerpo a cuerpo de área muy eficaz.

Un peligro añadido es que durante el combate podemos caernos de la plataforma al agua, así que no hay que perder de vista nuestra posición.

Por último, si tenemos que enfrentarnos contra los secuaces del jefe, lo ideal es acabar con ellos antes que nada sin perder la vista a los ataques del jefe.