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Sin & Punishment 2: Succesor to the Sky

Sin & Punishment 2: Succesor to the Sky

Sin & Punishment 2: Succesor to the Sky, guía completa - Capítulo 7

En algún lugar de la galaxia, dos jóvenes necesitan tu ayuda. Combaten el mal, unen fuerzas por el bien de la humanidad, aunque no llegarán muy lejos sin nuestra ayuda. Ofrecemos los pasos principales para alcanzar el final de un título tan exigente como divertido, lo mejor que Treasure ha lanzado en los últimos años.

Para evitar entrar en spoilers, digamos que los dos personajes han desaparecido para dar lugar a uno nuevo que va dirección al espacio. Desde ahí tendremos que afrontar una serie de combates frente a los jefes que ya hemos derrotado a lo largo del juego. De esto somos conscientes al comenzar este nuevo episodio, por lo que tampoco desvelaremos más información. Lo importante es que los guardianes, pese a ser relativamente conocidos, cuentan con distintos ataques a los vistos en enfrentamientos anteriores.

Comenzamos en el espacio, haciendo frente a la clásica amalgama de enemigos. A medida que avanzamos se complica la situación hasta que finalmente el héroe si sitúa frente a una especie de reactor. Quedamos atrapados dentro de una espiral creada por varios robots que nos atacan sin piedad, aunque nuestro objetivo ha de ser el reactor propiamente dicho. Hemos de eliminar las turbinas que lo mantienen a flote, tratando de cambiar de objetivo cada poco para evitar morir a las primeras de cambio. El héroe tiene ahora más energía, pero los enemigos son más poderosos, así que la balanza se nivela igualmente. Una vez superado esto, empezamos con los comandantes propiamente dichos.

N5 Difusor de energía

Extraño enemigo al que tenemos que vencer disparando al centro de un complejo sistema de electricidad en el que no vemos absolutamente nada. Utilizamos los proyectiles para lanzarlos al centro mientras cargamos la energía y disparamos sin piedad, tratando de colarnos entre las pequeñas rendijas que dejan tras de sí los rayos. Es un entrenamiento para lo que está por llegar, así que todavía no hemos visto nada.

N5 Cañón de Proa

Otro enemigo que batimos con relativa facilidad, en el cual sólo hemos de centrarnos en masacrar el objetivo (el centro del cañón), a ser posible utilizando los proyectiles que no paran de aparecer en pantalla. Tiene bastante energía pero muy poca resistencia y una capacidad de ataque más bien reducida. Nada que nos deba preocupar. Una vez vencido, sólo queda ir superando uno por uno los guardianes a los que nos enfrentamos en niveles anteriores, aunque esta vez, como comentábamos anteriormente, se han preparado para no volver a repetir el fracaso. Vamos paso a paso.

Ariana Shami

Poco a poco vamos desgranando a los jefazos finales que hemos tenido que superar a lo largo del juego. Este auténtico bicho ha potenciado sus ataques, pero sigue siendo igual de abatible que en el primer combate. De hecho, su estrategia se basa en dos golpes principales: puñetazos de fuego (en los que debemos rodar en la dirección contraria a ellos para evitar recibir daño) y una enorme proyectil en forma de roca que a posteriori se divide en pequeñas partículas considerablemente resistentes. Nada que debamos temer, en tanto su vitalidad no es excesivamente grande. Por suerte para nosotros, basta con no soltar el gatillo mientras esquivamos los dos primeros ataques, haciendo lo propio con los cuatro agujeros rojos de los que salen palomas que haremos bien en matar mediante la espada. En última instancia, cuando se vea contra las cuerdas, trata de arrojarlo todo mediante rayos láser (a los que acompañan pequeños proyectiles), momento en el que debemos mantener el fuego intenso sobre su cabeza a base de cargas de energía. El movimiento es fundamental para afrontar los próximos combates (al igual que este): rueda todo lo que puedas.

Armor Ritter

Ritter vuelve en forma de boca, con varios planteamientos ofensivos que varían a lo largo del combate. El primero aparenta ser un auténtico inferno, pero una vez entendemos el mecanismo se resuelve con relativa facilidad: alrededor de la boca aparecen varios ojos que acompañan a una especie de dentadura que trata de aplastarnos de forma sistemática. La única forma de evitar a ambos rivales pasa por rodar constantemente de izquierda a derecha, siguiendo la sincronía de estos ‘dientes'. No todos caen al mismo ritmo, por lo que debemos situarnos bajo uno de ellos y esperar justo a la caída para cambiar de lado. Mientras tanto debemos descargar la potencia en la boca, dividiendo los ataques con recarga de energía entre la boca y los ojos, que pronto dejarán de molestarnos.

Cuando esté un poco mermado, la cámara se acercará a la garganta y, aprovechando el descuido, le propinamos varios golpes con la espada (ahora en forma de garras) que le bajará bastante la barra de vitalidad. Terminado este punto, la perspectiva cambia mostrando la acción con vista cenital, donde lo único que podemos hacer es defendernos (hay que tener en cuenta que el marco de movimiento es bastante reducido). Cuando se acaba esta fase volvemos al punto de partida, con la boca tratando de engullirnos y dejando su garganta a merced de nuestras garras. En este momento cambia de estrategia nuevamente. Varios ojos aparecen en escena lanzando rayos que persiguen al héroe.

Basta con rotar de lado a lado tratando de recargar la energía para liberar la presión de los rayos. Llegado cierto momento la boca trata de engullirnos nuevamente, dándonos ocasión a terminar con su energía. Es posible que el combate no termine aquí (especialmente en la dificultad máxima), y que tengamos que volver a la vista cenital, centrando nuestros ataques en las ramificaciones que aparecen cerca de los dientes, o extensiones de boca. Acabando con su vida estamos un poco más próximos al final.

Orion Tsang

Tsang es un enemigo formidable, pero su estilo de ataque se contrarresta sin demasiados problemas. Ahora aparece en forma de enorme nave espacial (diríamos con forma de tortuga) que se sustenta de dos entes con forma de gusano mecánico. Mientras que estos dos últimos se pasean a sus anchas lanzando proyectiles, Tsang se perfila como el objetivo en el que debemos centrar la atención, para colmo indicado con el color rojo. Ignorar el fuego de los gusanos es difícil, pero cuando hemos robado media vida del enemigo principal estos explotando dejando paso a un nuevo ‘nivel' dentro del combate.

Esta parte es fundamental, y quizás sea la más compleja de todas las que hemos enfrentado en este capítulo. La idea es que en el momento que la nave se sitúe frente al héroe, éste cobra libertad total para moverse a sus anchas alrededor de la misma. El problema pasa por la cantidad de sistemas de defensa que tiene la nave, varios en la parte frontal, otros tantos en la inferior (por medio de lanzadores de bombas), varios propulsores de fuego con los que roba muchísima energía, varios protectores laterales… Lo único que podemos hacer es obviar la parte frontal (a nuestro juicio la más compleja) para obtener monedas destruyendo poco a poco el resto de sectores. Si así lo preferimos, también es posible centrar toda la atención en la estatua que está al frente de la nave, único punto en el que realmente podemos mermar la energía de este enemigo. Pronto caerá, y dará paso al siguiente. Penúltimo de la cola.

Hibaru Yaju

Interesante presentación la de Yaju, que aparece en forma de dos guerreros que pelean dentro de un rectángulo de espacio limitado. Ellos pueden abandonarlo, pero nosotros no, por lo que sólo existen dos formas de afrontar la primera sección del combate, en la que atacan a ráfagas: o bien decidimos combinar los golpes físicos con las cargas de energía (no vale de nada disparar a mansalva, no les resta energía), o nos dedicamos a esperar a que ambos se junten para comenzar a batallar 'seriamente' en este momento. Si optamos por la primera opción corremos más riesgo de quedar expuestos a algún percance del multiplicador, que aquí no de chance a ser recuperado. En cierto momento del combate los dos guerreros adoptarán una actitud más agresiva y comenzarán a unir rayos láser en forma de triángulo, para luego lanzar una descarga circular de fuego. Como se centrar en un punto preciso del mapa no resulta complicado tomarles la espalda y comenzar a repartir golpes de garra hasta que la vitalidad se reduzca a cero. El último de la tropa ha muerto, ahora sólo queda el jefazo final.

Deko Gekisho

Gekisho es, como era de prever, el enemigo más duro del juego (o al menos uno de ellos). En su primera transformación emplea una cantidad considerable de ataques, empezando por llenar la pantalla de proyectiles (podemos detenerlos con las garras), pasando por proyectar cuatro enormes hilares de color rosado (nos colamos en los pequeños huecos que dejan entre sí), para terminar con otras dos hileras de cuchillas (de nuevo las garras), sin olvidar el golpe de lanza directo (rodar es una buena opción). También emplea un ataque central que lanza proyectiles verticalmente, así como la proyección de un centenar de bolas rosas cuya dirección cambia (y debemos seguir) constantemente. Lanzará bombas, hará uso de un doble rayo láser que esquivamos rodando y de distintas variedades de pequeños proyectiles violetas.

Explicamos la mejor forma de evitar cada ataque de esta transformación porque sólo podemos aprovechar el breve lapso que Gekisho utiliza para ‘recargar' entre ataque y ataque para causar daño, amén de rodar de un lado para sin soltar en ningún momento el gatillo o correspondiente botón que estemos empleando según la configuración elegida. En este escenario contamos con la posibilidad de mover ligeramente la perspectiva si rodamos cerca de los bordes. Es una forma de evitar determinados ataques y de tener libertad de acción sin tener que recurrir al espacio que muestra el televisor.

Después de un rato su resistencia se vendrá abajo para emplear una nueva estrategia, aunque no nos costará tanto trabajo como la anterior salir victoriosos. En este caso debemos centrarnos en alejar los proyectiles de Kachi, por lo que empleamos las garras cuando la esfera marque el momento indicado. Hay que tener en cuenta lo que representa cada color: si aparece una esfera roja, eso implica que puede propulsar a las que están pegadas a ella. Las azules son independientes, como las verdes o los cuchillos. No debemos cegarnos en hacer combos, pues no es necesario, basta con apretar el botón una vez o si acaso combinar dos estocadas para mayor efectividad, pero de nada sirve quedarnos quietos durante unos segundos. El procedimiento es el mismo con cuchillos y resto de objetos que lanza. Puede que nos cueste varios intentos la primera vez que nos enfrentemos a él, pero tarde o temprano caerá, como todos sus compañeros, dando por concluida la aventura y con ella esta guía.