Sin & Punishment 2: Succesor to the Sky
Sin & Punishment 2: Succesor to the Sky, guía completa - Capítulo 6
En algún lugar de la galaxia, dos jóvenes necesitan tu ayuda. Combaten el mal, unen fuerzas por el bien de la humanidad, aunque no llegarán muy lejos sin nuestra ayuda. Ofrecemos los pasos principales para alcanzar el final de un título tan exigente como divertido, lo mejor que Treasure ha lanzado en los últimos años.
Comenzamos en un escenario altamente protegido por las fuerzas enemigas, haciendo ademán de una gran cantidad de robots y otros monstruos que hemos tenido ocasión de derrotar a estas alturas en niveles anteriores. Aquí nos podemos ayudar por los misiles que cada dos por tres aparece en pantalla, aunque si tenemos tiempo para guiarlos nos serán de gran ayuda para escapar sin recibir grandes daños. La base de este escenario es la resistencia, especialmente si jugamos en difícil, donde la cantidad de enemigos y de disparos recibidos es sencillamente ingente e incluso demasiado exigente en cualquiera de los niveles de dificultad que hayamos probado.
Las cosas no se complican hasta la aparición de las primeras rocas aéreas, donde la masiva afluencia de enemigos, unido a los rayos láser y a las propias piedras hace casi imposible saber qué demonios estamos haciendo en cada circunstancia. Avanzamos, no obstante, hasta que aparece la segunda tanda de rocas, preludio de la fortaleza que ahora debemos apreciar desde lo lejos. En este momento aparecerá un submarino desde a lava (ahí es nada) para ponernos las cosas un poco más complicadas si cabe.
Aquí basta con derrotar a los soldados hasta que llegamos a la parte trasera del submarino. En este momento harán acto de presencia cuatro torretas láser que, unidas a los robots que disparan, hacen de este momento poco menos que un infierno. Lo primordial es quitarnos de encima las torretas, así que debemos centrar todo nuestro esfuerzo en ello. Luego vamos el otro lado del barco, evitamos los misiles dimensionales (podemos devolverlos) y regresamos a la parte anterior del submarino.
N5 Molten Echo
Es un cañón al que debemos disparar siempre en la retina pese a que el objetivo es prácticamente imposible de ver. Al cañón principal se le suma la presencia de pequeñas bolas de energía que o bien podemos esquivar o derribar con la espada. En cualquier caso, es nuestra elección ir girando pegados al borde de la pantalla o girar desde un punto en concreto justo cuando la lanza de fuego esté a punto de impactar contra nuestro héroe. No es muy resistente aunque el combate sacará de quicio a más de uno.
Seguimos avanzando hasta llegar a una zona en la que aparecen varias plataformas suspendidas en el aire. Aquí la cámara enfoca hacia el lado derecho, donde aparecen varios toros. Primero debemos centrarnos en el resto de enemigos hasta que el héroe se apoya en la plataforma. Aquí tendremos que hacer frente a una hilare de toros a los que podemos mandar en el aire con un golpe de la espada. Apuntamos con el objetivo hacia donde queramos que se dirijan (las plataformas en este caso) y comenzamos a batearlos para evitar salir dañados de esta escena. No es fácil, pero la recompensa vale la pena (poco haremos disparándoles, mejor los esquivamos si decidimos ignorarlos).
Alcanzamos una zona industrial, después de sortear a varias tortugas que portan una especie de edificio en su lomo (también las encontrábamos a poco de llegar a la fortaleza) y de ahí en adelante continuamos hasta llegar a la zona de los raíles. Aquí se detiene la partida por primera vez en el escenario para afrontar un nuevo combate.
Guardián Komodo
Este guardián es, cuando menos, lo suficientemente original como para tenerlo en consideración. El combate propiamente dicho no es muy complejo: con la mirada siempre pendiente en el retrovisor, hemos de calcular el lugar en el que se encuentra el toro para ir soltando vagones en la dirección en la que está ubicado. Para ello hemos de tener en cuenta que no es aconsejable volar (tenemos 7 segundos antes de salir despedidos en el aire y automáticamente perder la partida). Al principio tendremos que hacer frente a varios enemigos de menor envergadura, para luego ir de vagón en vagón dependiendo, como acabamos de explicar, de la posición del toro. Cuando hayamos impactado unas cuantas veces, pasará a la parte frontal del tren lanzando bolas de fuego. No tiene demasiada utilidad sacrificar vida para que nuestros golpes le impacten a no ser que queramos romper un récord de tiempo, por lo que mejor esquivamos y seguimos con la estrategia marcada.
Guardián Cría
Inmediatamente después de Komodo, toca hacer frente a su pequeña criatura, que escupe por la boca justo antes de morir. En realidad la primera parte, centrada en mantener a flote una grúa, no forma parte del enfrentamiento propiamente dicho. Sólo debemos centrarnos en golpear al unísono ambas plataformas para alcanzar el tope de la misma. Para ello podemos optar por dos vías: si tenemos a Kachi, lanzar la carga energética por compartido mientras seguimos impactando con munición normal.
En caso contrario, podemos apoyarnos en los misiles, que debemos dirigir a un cada uno de los mecanismos para mantenerlos siempre a la misma altura (es posible que haya una ligera diferencia, pero teniendo en cuenta que si no nos damos prisa el héroe atrapado cae a la lava, es conveniente agilizar el proceso).
Luego toca el combate, que transcurre con vista latera. La cría cuenta con varios ataques. Lanza fuego a todos los niveles, una bola de plasma (que podemos frenar si impactamos la carga contra su boca en ese momento), una especie de lanzamiento de roca que sale del volcán que está en el fondo y por última la rueda de pinchos, ya sea rodando o dando saltos para hacer de nuestra tarea una misión casi imposible. Hay que saber calcular el ritmo del enemigo para poder hacerle daño, lo que nos lleva a tener un minuto de descanso si rueda con la bola de pinchos. Tiene bastante energía, así que hay que armarse de paciencia y de valor antes de perder la calma.
Nótese que todos los ataques de energía frenan sus embestidas (antes de lanzar fuego, rayos láser ), que cuando rebota en el suelo y lo hace sobre uno de los restos de magma queda su cuerpo a descubierto, permitiéndonos causar más daño, e incluso que es posible atacarle con la espada, corriendo mayor riesgo pero con el mérito que esto conlleva. El camino que sigue después del enfrentamiento nos permite recuperar aliento, energía y armarnos de valor para lo que viene a continuación, último enfrentamiento antes de caer en el capítulo final.
Deko Gekisho
Este enfrentamiento, dividido en tres partes, es ridículamente complicado. No sólo por la energía de Deko sino también por la cantidad de enemigos, balas y proyectiles que aparecen en pantalla, haciendo de este combate poco menos que un infierno bastante difícil de superar. Por suerte siempre contamos con la ayuda de saber de antemano cómo superarlo. En este caso nos interesa rodar por el escenario en círculos para evitar ser dañados, al menos como medida preventiva. Luego centrar los disparos básicos en los soldados, ya que los máquinas vuelven a aparecer, aunque sus disparos son más fáciles de esquivar que la presencia de los enemigos. La única forma de hacer que la energía del viejo amigo de Isa descienda es o bien aprovechar los misiles como devolución o concentrar la energía sobre su persona para que se lleve parte de su barra de vitalidad. Es muy complicado tener el ojo puesto en cada aspecto del combate, que para colmo es bastante largo. Una vez derrotado en este estado, comenzará a atacar él personalmente
La segunda transformación le lleva a volar por el escenario junto a nuestro héroe, que puede devolver sus golpes o sencillamente limitarse a esquivarlos para darle unas cuantas estocadas con la pistola cuando termina su retahíla de ataques, finalizando con un gran flash final que se lleva por delante media vida de impactar contra nuestro héroe. Es difícil seguirle la estela sin perder el multiplicador, tanto por la velocidad a la que se mueve como por la cantidad de objetos que tira para hacernos la vida imposible, además de las bombas desperdigadas por el escenario (las marcadas en rojo pueden ser propulsadas hacia su posición). No obstante, es preferible esquivar si somos inexpertos o jugarnos el todo por el todo si vamos a por la puntuación.
Cuando su vida se agota, queda un combate cuerpo a cuerpo en el que debemos darle con nuestra espada hasta que cae rendido en el suelo. No hay posibilidad de defensa ni de absolutamente nada más que de combatir. Generalmente no debería suponer un problema (recordamos que pulsar dos veces el botón antes de encadenar el combo nos permite una ligera ventaja durante el combate), pero de fallar nos veríamos obligados a repetir el combate y no todo el escenario, gracias a los puntos de guardado automático. Cuando se termina, disfrutamos de la cinemática y pasamos al siguiente y último capítulo, en el que aguardan los mayores (y peores) retos de este grandioso título.