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BOXEO

Ibar espera condena, pena de muerte o perpetua, y recurrirá

El hispano estadounidense, sobrino de Urtain, fue declarado culpable de asesinato y en los próximos días se decide su condena. Pero su lucha no terminará ahí.

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Ibar espera condena, pena de muerte o perpetua, y recurrirá

Pablo Ibar, el hispano-estadounidense de origen vasco y sobrino del mítico boxeador Urtain, vive desde este 15 de mayo un nuevo capítulo del caso que le ha tenido 25 de sus 47 años en prisión, 14 de ellos en el corredor de la muerte. El pasado 19 de enero, en la cuarta repetición del juicio en el que se le acusaba del triple homicidio del dueño de un club nocturno, Casimir Sucharski, y de las modelos Sharon Anderson y Marie Rogers en Miami en 1994, fue de nuevo declarado culpable. Ahora Ibar se volverá a sentar en el banquillo para escuchar la condena: cadena perpetua o pena de muerte. Una decisión que deberá recomendar un jurado popular tras escuchar a las partes y los testigos. En el caso de pena capital, la decisión debe ser unánime.

Lo que se tiene claro desde la defensa, que defiende la inocencia de Pablo Ibar, es que cualquier decisión se recurrirá tras "un veredicto incomprensible". Y en caso de ser condenado a pena capital, esos recursos podrían largar el proceso varios años más. Pero eso será después de la fase que este 15 de mayo se iniciará con las declaraciones iniciales de las partes. La fiscalía presentará sus testigos y el lunes 20 de mayo, la defensa. Desde el miércoles 22 el jurado deliberará y se cree que esa misma tarde o el jueves 23, el jurado recomiende la condena. El juez siempre tendrá la potestad de rebajar de pena capital a cadena perpetua si lo considera.

En todo caso, la defensa está preparada para seguir recurriendo un proceso que desde el principio ha estado salpicado de lo que se han definido como "irregularidades", que la defensa ha puesto de relevancia una y otra vez. No obstante, el primer juicio fue nulo y en los dos siguientes se alegó que Ibar contó con una defensa ineficaz. Argumentos como manipulación de pruebas, falta de ADN de Ibar en la escena, testigos que reconocieron testificar por una compensación económica, reconocimiento facial en un vídeo donde expertos aseguran que es imposible hacerlo de una forma fiable o, en este último juicio cerrado a principios de año, un miembro del jurado que dio datos de conocer detalles previos del proceso (algo que le inabilitaría para la función) y otro que quiso retractarse, son algunos de los argumentos que la defensa ha usado para intentar echar por tierra los argumentos de la acusación.

De la desesperación a la adaptación

En esta nueva fase en la que saldrá la condena, Pablo Ibar estará presente en la sala en todo momento. Una persona que lleva 25 años en prisión por un caso en el que se han realizado hasta cuatro juicios y que el pasado 19 de enero, cuando fue de nuevo declarado culpable, recibió un duro golpe que, según fuentes de la defensa, le llevó a un pozo de desesperación. En la actualidad, se adapta a la nueva situación, en el que su familia ya ha mostrado su intención de luchar hasta el final.