PREMIOS AS 2024 | RAYO VALLECANO
Un Rayo Centenario
El club vallecano colecciona ocho ascensos a Primera y llegó a jugar la UEFA, aunque los títulos los consiguió el femenino: una Copa y tres Superligas. Por este genuino equipo de barrio han pasado estrellas como Morena, Cunningham, Hugo Sánchez, Falcao, James... y quienes más partidos defendieron su camiseta fueron Cota y Alicia.
“¿Y si montamos un equipo de fútbol?”. Ese ingenuo sueño de un grupo de chavales de la antigua calle del Carmen —hoy Puerto del Monasterio— se hizo realidad el 29 de mayo de 1924, cuando se reunieron a las seis de la tarde en el hogar de la familia Huerta. Ya tenían sede y procedieron a repartirse las obligaciones. “Tú, Julián, serás el primer presidente”. “Tú, Juan, el primer capitán”. De Luis González Rubio partió la idea del nombre: Agrupación Deportiva El Rayo. Nadie, ni siquiera ellos mismos, podían imaginar que aquellos fueran los primeros pasos de un club centenario. Un siglo de vida que celebrará recogiendo su Premio AS del Deporte el lunes 2 de diciembre. Este es un reconocimiento a su trayectoria y a su ser, puesto que el Rayo es el único equipo de barrio de LaLiga y ha bebido de Vallecas la humildad, la solidaridad, la constancia… que le caracterizan. Esa valentía, coraje y nobleza de su himno oficial. El oficioso suena a Ska-P.
Aquel equipo recién nacido vestía de blanco, una equipación que doña Prudencia Priego lavaba y remendaba, pero adquirió una franja como seña de identidad gracias a un acuerdo de colaboración con el Atlético. Aquel equipo comenzó jugando en Las Erillas y actualmente lo hace a apenas 600 metros y en Primera. Toda una utopía para esos chicos que buscaban rivales en las páginas de los periódicos, como refleja el anuncio de La Libertad, rescatado por el historiador Juan Jiménez Mancha, que decía: “La nueva Sociedad Agrupación Deportiva El Rayo saluda a todas las Sociedades (federadas y no federadas) y desea jugar con las que lo deseen en el campo y la hora que crean conveniente”. Décadas después, en la 1955-56, Peñalva y sus compañeros ascendían a Segunda en el paso definitivo hacia la profesionalización y, en la 1976-77, Felines y Potele lideraron el más difícil todavía, subiendo a la élite. Esa primera vez, tumbaron a todos los grandes y nació la leyenda del Matagigantes. Hoy en día, el Rayo colecciona ocho ascensos a Primera y esta es su vigesimosegunda temporada en la máxima categoría. Quien más veces ha celebrado un ascenso a la élite desde el césped es Cota, cuatro, aunque el antiguo utillero Isidoro Prieto, alias Isi, le gana la partida con seis. Eso sí, Rafael Garrido se lleva la palma. El abonado número 1 ha conocido todos los estadios y hasta a los fundadores y puede presumir de tener un museo único con más de 500 piezas. Algunas se las solicitó el mismísimo Almodóvar para su película Volver.
Ese sentimiento de barrio se fue a conocer mundo, gracias a la UEFA (2000-01), una puerta que se abrió con la llave de los valores, con el billete que le otorgó el Fair Play. A punto estuvieron de emularlo los de Paco Jémez, en la 2012-13, pero la grave situación económica del club dejó su octava posición únicamente en el mejor puesto histórico. Sin embargo, el Rayo también ha jugado la Champions porque los títulos de la Franja se escriben en femenino. Ellas ganaron una Copa de la Reina (2007-08) y tres Superligas consecutivas (2008-09, 2009-10 y 2010-11). La última, con la campeona del mundo Jenni Hermoso en el equipo. Es más, aquel Rayo era como este Barça y aportaba el grueso de jugadoras a la Selección de Quereda, con Natalia Pablos como principal referente. Atrás quedaron definitivamente esas imágenes de Milene Domingues anunciando los Flanes Dhul junto a la presidenta Teresa Rivero, la primera mujer que habitó en los palcos de Primera. Una de “sus niñas” echó raíces. Y es que la guardameta Alicia Gómez ostenta el récord de partidos con el Rayo, 391 oficiales, siendo su homónimo masculino Cota con 458. Eternos capitanes.
A lo largo de este siglo de vida han vestido la franja actores internacionales, como Aldo Sambrell y Pep Munné, y en las categorías inferiores hasta un alcalde de Madrid, como Juan Barranco. También lo hicieron estrellas como Morena, Cunningham, Hugo Maradona, Hugo Sánchez, Chori Domínguez, Falcao, James… Aunque en el firmamento rayista lucen tanto o más Bordons, Illán, Benito, Uceda, Anero, Tanco, Morón, Soto, Guilherme, Onésimo, Alcázar, Cembranos, Bolo, Lopetegui, Llorens, Amaya, Coke, Cobeño, Piti, Trashorras, Trejo, Bebé, Isi Palazón… Hay dos nombres que tocan especialmente la fibra de la hinchada: el de Wilfred, símbolo de la lucha contra el racismo, y el de Míchel I de Vallecas, icono del barrio. El nieto de la María e hijo de la Candela puede presumir de haber ascendido de jugador y de entrenador, un selecto club donde también se encuentra Felines. Por el banquillo franjirrojo se han sucedido perfiles muy variopintos. Desde Di Stéfano a Juande Ramos, pasando por Olmedo, Héctor Núñez, Camacho, David Vidal, Zambrano, Paquito, Marcos Alonso, Manzano, Fernando Vázquez, D’Alessandro, Mel, Sandoval, Iraola… y ahora su pupilo Iñigo Pérez, que alimenta el sueño copero surgido de las semifinales de 2022.
A esta afición nadie le gana en ilusión, para ejemplo aquel Tamudazo (2011-12), que aseguró una permanencia y la supervivencia del club. Un gol sólo equiparable al de vaselina de Onésimo al Mallorca (1995-96) en la promoción. Además, esta hinchada es combativa y se ha movilizado contra la violencia de género y los desahucios, apoyando la salud mental y participando en diferentes Filas 0 creadas para ayudar a los empleados tras los impagos de los Ruiz-Mateos, para encontrar techo a la anciana Carmen Martínez cuando se quedó en la calle y para comprar material sanitario a los hospitales de Vallecas en plena pandemia. Ellos han estado ahí en las buenas y en las malas. Desde aquellas numerosas excursiones del Rayo en la década de los sesenta hasta el pozo de Segunda B (2004-08), pasando por la UEFA. Ellos han arropado al masculino, al femenino y al Genuine, quien se proclamó campeón en el grupo Deportividad (2019-20).
Al soplar las cien velas se agolpan los recuerdos y los rayistas que ya no están, como el director de fútbol base Juan Pedro Navarro, cuyas iniciales lucen en la camiseta de Trejo; como el antiguo presidente de la Federación de Peñas, Antonio Castilla; como los Peñalva, los Sanjuán… y todos esos abonados que sembraron un sentimiento que sigue creciendo. De generación en generación y por los siglos de los siglos.