Aldo Sambrell, otro jugador rayista que triunfó en el cine
El vallecano jugó en México y al volver a España sonó para el Real Madrid. Fichó por el Alcoyano y después, por el Rayo. Colgó las botas y se convirtió en el villano habitual de los spaghetti westerns de los 60 y 70. Salió en 300 películas.
Alfredo Sánchez Brell (Madrid, 1931-Alicante, 2010) jugó en el Rayo durante la temporada 59-60, equipo en el que coincidió con el Pechuga San Román, Yanko Daucik y Peñalva. El vallecano era defensa y sólo disputó dos partidos (Recreativo y Murcia) en Segunda. Sin embargo, antes de su paso por el Rayo, militó en el Monterrey y el Puebla de México, donde le conocían como Madrileño Sánchez. Cuando regresó a España llegó a sonar para el Real Madrid, pero finalmente fichó por el Alcoyano y después, por la Franja.
Ya de vuelta en España, tras colgar las botas, el director Rafael Romero Marchent le cambió la vida. Buscaba un secundario, con el único requisito de saber montar a caballo. Sambrell le aseguró que así era y tuvo que recibir clases para poder meter la cabeza en el cine. Lo hizo. Tiene hasta 300 películas en su haber y se convirtió en el villano habitual de los spaghetti westerns de las décadas de los 60 y 70.
Cuando el western pasó de moda, decidió afrontar la producción y la dirección de películas de acción y aventuras. Fue un desconocido para el público español, pero tuvo reconocimiento en Estados Unidos e Italia (Premio Internazionale Fontana di Roma). Además, su vida inspiró un libro ('Aldo Sambrell, la mirada más despiadada') y un documental ('Río seco'). Las cenizas del actor, hincha del Atlético, descansan en el desierto de Tabernas (Almería).