ESPANYOL

La Inmolación defensiva del Espanyol en 180 minutos

Los blanquiazules recibieron seis goles, todos ellos por desajustes estructurales del equipo, en los dos últimos partidos. Una señal preocupante porque era su virtud.

LALO R. VILLAR

Hasta hace dos semanas, el Espanyol era un equipo sólido, un dolor de muelas para los rivales que debían esforzarse, con pico y pala, para marcarle un gol a Diego López. Solamente el Sevilla, Elche, Betis, Atlético y Getafe habían sido capaces de anotarle dos tantos, y dos de esos encuentros los blanquiazules los llegaron a empatar. Era la mayor virtud del conjunto de Vicente Moreno. Las paradas del meta gallego, la solvencia de los centrales en los centros laterales y el compromiso de los futbolistas en el repliegue.

Pero en 180 minutos esas flores saltaron por los aires. El Espanyol perdió su orden y su disciplina, su activación. Primero ante el Levante, partido que acabó ganando en la locura (4-3) y luego ante un Celta que pasó por encima del equipo perico. "Hemos estado muy lejos del equipo que somos", valoró Vicente Moreno, claro en sala de prensa, más autocrítico que de costumbre lejos del RCDE Stadium.

Los seis goles responden a dos patrones concretos. El primero de ellos, los errores estructurales del Espanyol en su delantera y mediocampo, que permiten que los jugadores rivales lleguen a situaciones con ventaja para encarar a la línea defensiva. Ocurrió en los tres tantos ante el Levante: el primero y el segundo, idénticos, pero por los costados contrarios, cuando la defensa corre de espaldas y a Aleix Vidal y Pedrosa, laterales, nadie les ofrece una ayuda. En el tercer gol, de contraataque, de nuevo el granota Morales fue más rápido que la zaga blanquiazul que no repliega a tiempo.

Ante el Celta, la pasividad defensiva fue evidente. Lejos de casa el Espanyol era un conjunto espeso con el balón, que jugaba a merced del rival, precavido hasta que acababa recibiendo el 1-0. Pero en Balaídos se sumó una desconexión inaudita. De nuevo estructural. Los atacantes no presionaron, los mediocentros dejaron espacio a sus espaldas y la línea de cuatro se vio de nuevo superada. Desde Miguelón a Pedrosa, pasando por Sergi Gómez y Leandro Cabrera que quedaron retratados en el primer tanto de Santi Mina.

En ambos encuentros, los blanquiazules han dado síntomas de debilidad inesperados, en los que Vicente Moreno ha ido agitando la alineación teniendo en cuenta los pocos cambios que suele realizar. Miguel Llambrich ha vuelto a la titularidad, mientras que Keidi Bare, con molestias, no ha participado o Adrián Embarba ha sido suplente por primera vez esta temporada. Independientemente de la odisea lejos de casa, el Espanyol debe recuperar esa virtud, de lo contrario se podrá convertir en un conjunto vulnerable.

Lo más visto

Más noticias