Jutglà, un año y cinco días después de su beso perico ante el Barcelona
Canterano del Espanyol durante nueve años, quedó libre al no verle suficiente potencial para el primer equipo y acabó en el Barça tras una pugna entre dinero y compromiso.
La pandemia impidió la asistencia de público, y eso le ahorró un abucheo de los que hacen época. Eran las 18:40 de un frío domingo, el del 13 de diciembre de 2020, cuando Ferran Jutglà irrumpía ante Arnau Tenas para asestar un cabezazo que se convertía el 1-1 entre el Barcelona B y el Espanyol B, en partido de la extinta Segunda B. Y lo celebraba con rabia, despojándose de su brazalete de capitán y besándolo. El escenario de la declaración de amor era el estadio Johan Cruyff y su camiseta, la blanquiazul. Un año y cinco días después, este sábado, Jutglà se estrenaba como goleador del Barcelona, en el Camp Nou. Y de nuevo con la testa.
Culminaba así un viaje de 370 días en que el extremo ha dejado atrás las nueve temporadas de formación en la cantera del Espanyol, desde su llegada en 2012 con solo 13 años, y con cesiones en el Valencia y el Sant Andreu, hasta acabar portando ese brazalete en el filial. Un sentimiento tan arraigado que había participado como un hincha más de la invasión de campo en el RCDE Stadium, el 18 de mayo de 2019, cuando los pericos se clasificaron sobre la bocina para Europa. Llegó incluso Jutglà a debutar en una convocatoria del primer equipo, en un día tan gris como la última jornada de LaLiga 2019-20, un Espanyol-Celta de trámite con el equipo ya descendido a Segunda. Y fue Francisco Joaquín Pérez Rufete quien lo citó, como entrenador entonces, y en calidad de director deportivo uno de los responsables de la decisión un año más tarde de no renovarlo, junto a la coordinación de la cantera.
Autor de 13 goles en los dos últimos cursos, en Segunda B, donde participó en todas las jornadas de la pasada campaña, no veía el Espanyol en él la suficiente proyección como para asentarse en el primer equipo, y es por ello que aun a sabiendas de que terminaba contrato le propuso, según fuentes del club, una oferta de renovación que no incluía ninguna cláusula de ascenso a la plantilla profesional. Una decisión que le transmitieron con honestidad a su entorno, el cual defendió que la primera opción de Jutglà fue el Espanyol hasta el final, pese a que ya le había llegado el interés del Barcelona, como también del Real Madrid y de clubes italianos.
Con las relaciones estancadas, el pasado 9 de junio, era ya tajante el propio Rufete cuando en una entrevista con AS se le preguntaba, sin citar su nombre, sobre cómo convencer a un futbolista que desea irse al eterno rival: “Si lo que se quiere el entorno de ese jugador es dinero, no jugaremos esa partida. Lucharemos por acelerar los procesos, por crear identidad. En el Espanyol siempre triunfan los que quieren estar”, sentenció.
Semanas después, una vez se había oficializado su aterrizaje en el club azulgrana, tiraba ya directamente con bala el responsable del fútbol base perico, Luis Vicente Mateo: “En el Espanyol, son nombres propios. En otros clubes a veces son números, y eso a veces hay que explicárselo a las familias”. “Somos la mejor área de captación que tiene el Barça”, ironizó, con aires premonitorios, durante una comparecencia el pasado 16 de julio.
Cuatro goles y cuatro asistencias lleva esta temporada con el Barcelona B, en Primera RFEF, un Ferran Jutglà a quien Xavi Hernández –al que ya había hecho debutar testimonialmente la anterior jornada, ante Osasuna– concedió la titularidad este sábado frente al Elche. 15 minutos tardó en estrenarse como goleador oficial. Solo el tiempo dirá si su historial azulgrana no ha hecho más que comenzar o si se quedará como tantos otros por el camino, pero de momento ya ha recorrido una senda inverosímil en solo un año y cinco días.