UD IBIZA

La historia de superación del Ibiza de Amadeo Salvo

El exmandatario del Valencia abonó la deuda del extinto Ibiza para que el club volviese a competir. Seis años después, ha subido a Segunda División.

UD Ibiza

¿Recuerdan qué hacían en verano de 2015?, ¿les ha cambiado mucho la vida desde entonces? Seguro que algo sí, pero no tanto como la Unión Deportiva Ibiza-Eivissa. Un gol de Ekain ha convertido a los baleares en equipo de Segunda División. Un ascenso absolutamente histórico para la isla y que tiene muchos nombres propios por el camino. Hay dinero de por medio, por supuesto. Pero lo logrado por este club pasará a la posteridad en España. Un sueño labrado paso a paso, con constancia y una idea clara de llevar el proyecto a la élite. Su cronología, posteriormente contada, era inenarrable. El Ibiza ya está con los mejores y, desde luego, ha venido para quedarse.

Amadeo Salvo, empresario español y exmandatario del Valencia, sorprendió en verano de 2015 cuando abonó junto a sus socios 60.000 euros en la Federación Balear para hacer renacer a la existinta Unión Deportiva Ibiza-Eivissa. El club había dejado una deuda que nadie había podido saldar y había desaparecido en 2010. Seis años después de renacer, para que vayan entendiendo la magnitud de lo logrado, ya es de Segunda División.

Partió de Regional Preferente, en las bases del fútbol balear. En su segundo año ya logra el ascenso a Tercera. Categoría trampa, el Ibiza firma una gran campaña, pero acaba cayendo en la eliminatoria por el ascenso ante el filial del Levante. Amadeo Salvo, sin embargo, logró el ascenso administrativo, después de que la Real Federación Española de Fútbol inhabilitara al Lorca. Así pues, en tres años el equipo ya estaba en categoría de bronce.

No obstante, el salto a la Segunda B no promete ascensos automáticos. Ni mucho menos. Un bien tramo final de temporada les lleva a rozar el Playoff en su primera campaña. En la segunda, la del COVID-19, sí disputan la promoción al estar peleando el liderato con el Atlético Baleares en el momento en el que la pandemia forzó a parar la competición. Había muchas ilusiones puestas en las eliminatorias. Una vez más, el vida o muerte sentenció al equipo. El Cornellà fue su verdugo.

Juan Carlos Carcedo

Pablo Alfaro no continuó al frente de un banquillo por el que ya había pasado otro ilustre como Andrés Palop. Amadeo Salvo apostó entonces por un técnico que había entrenado a Mbappé, Neymar o Aubameyang y que había visto con sus propios ojos rondas avanzadas de Champions y Europa League. No era otro que Juan Carlos Carcedo, durante años segundo entrenador de Unai Emery.

Desde el primer día, se vio que la apuesta era acertada. El Ibiza era una máquina perfecta, que ganaba sus partidos de forma contundente y que apenas encajaba. Es más, en este Playoff no ha recogido ni una sola vez el balón de su portería. Diez tantos recibidos en toda la temporada es un dato con tintes históricos.

No solo compitió como un coloso ante sus iguales. En Copa del Rey, ganó al Compostela y posteriormente derrocó al Celta de Coudet por cinco goles a dos. El Athletic, que acabaría siendo finalista de la competición, le remontó un 1-0. Unai Núñez. en el descuento, les rompía la ilusión de seguir en el torneo del KO. Algo que no torció el discurso de Carcedo, uno de los grandes artífices de este éxito.

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Grandes problemas en su camino

Podría parecer una temporada de ensueño. No es así. Poco antes de comenzar el Playoff, el Ibiza sufrió dos golpes mortales a su moral. Manu Molina, un jugador importantísimo para su técnico, era diagnosticado de un tumor testicular con el que sigue luchando a día de hoy. El futbolista se apartó de la dinámica del equipo para luchar en una nueva batalla, pero afortunadamente su estado de salud le permitió viajar en las semifinales para apoyar a los suyos.

Además, en esta misma ronda, los jugadores posaron con camisetas de apoyo a su capitán Sergio Cirio. En la última jornada, ya con todo decidido, cayó lesionado de gravedad. Fue retirado en camilla y entre lágrimas, consciente de que lo sucedido le apartaría de los terrenos de juego y que no podría pelear el Playoff junto a sus compañeros. Por impacto, fueron dos duros golpes a nada de viajar a Extremadura. Pero el equipo se ha rehecho y no ha bajado su rendimiento en absoluto. Así suben los campeones.

¿Y ahora qué?

El Ibiza es el claro ejemplo de equipo que llega para quedarse. Esa es la intención, aunque Segunda es traicionera. Amadeo Salvo ha invertido mucho en aupar al proyecto y pretende asentarlo en la élite. Ya probó con nombres mediáticos como el de Marco Borriello, ahora un fan incondicional de club, y Palop o Alfaro en los banquillos. Le ayudaron tanto deportiva, mediática y económicamente y son parte del éxito logrado.

La continuidad de Carcedo es un hecho y el grueso de la plantilla tiene nivel para seguir compitiendo en Segunda División. Llegarán fichajes, como el de Enzo Zidane, que ha estado a prueba en las últimas semanas. El presidente llegó con una intención clara y está cumpliendo con lo prometido. Se avecina un agitado verano en Ibiza, pero no solo en pubs y discotecas. Antes de ponerse manos a la obra, y con la precaución que marca la pandemia, hoy toda la isla festejará a lo grande. El Ibiza, seis años después, ya está entre los mejores. Enhorabuena.

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