Osasuna y Betis viven en El Sadar un duelo de necesitados
Brandon, de vuelta en el equipo rojillo, inmerso en el descenso tras la victoria del Levante ayer. Pellegrini aún no está en peligro, pero puede complicarse la vida si hay otro batacazo.
Osasuna cayó ayer a puestos de descenso justo cuando ganó el Levante al Getafe, aunque ambos están empatados y media el goalaverage. El Betis no anda muy lejos y está avisado: como no espabile, le viene el drama. Así que El Sadar cita hoy a dos conjuntos necesitados de puntos y que encima llegan tras duras derrotas (sigue el partido en directo en AS.com). Los rojillos cayeron de forma lastimosa ante el Barça (4-0) y los verdiblancos también fueron barridos por los culés y luego por Athletic y Eibar.
El equipo navarro atraviesa la peor racha de la era Arrasate. Solo ha sumado un punto en los cuatro últimos partidos, fruto de un empate ante el Huesca. Las lesiones y la falta de pegada han sido algunos de los motivos que han llevado a los rojillos a estar ahora mismo en puesto de descenso.
El técnico local reconoce que este es un partido marcado en rojo. Recupera efectivos importantes y todo apunta a que David García, Aridane y Brasanac serán de la partida. La apuesta sería un 4-2-3-1, con el serbio jugando como enganche por delante de Oier y Moncayola y acompañado en las bandas por Barja y Rubén García. También ha sido citado Brandon Thomas, que regresa después de una lesión en el ligamento cruzado de la rodilla izquierda en marzo. Por culpa del coronavirus se retrasó la intervención y al fin ha visto la luz al final del túnel. Además, hoy se celebran las elecciones para escoger a los socios representantes en la Asamblea General.
El Betis lleva siete derrotas en los últimos nueve partidos y está inmerso en una tremenda crisis deportiva y económica. El puesto de Pellegrini no está discutido aún, pero si cae hoy ya no será tan intocable. Son débiles en defensa (23 goles en contra), siguen sin su estrella Canales ni el guardameta Claudio Bravo y a la espera de la mejor versión de jugadores como Fekir, que anda flojo.