Messi dirige el homenaje
Golazo del diez para cerrar la goleada y homenajear a Maradona mostrando su camiseta con Newell's. Gran partido de Griezmann con un tanto y una asistencia.
El Barça se apuntó a lo grande al homenaje a Maradona al tiempo que lanzaba el mensaje de que luchará esta Liga. Lo hizo con una goleada terapéutica por 4-0 a Osasuna que cerró Messi en honor al Diego en un partido que no pudo ser redondo por la preocupante lesión de Lenglet, que deja la defensa del Barça en estado de alarma.
Osasuna fue el curso pasado el iceberg que rajó el casco del Titanic del Barcelona ganando en el Camp Nou. Ese día Messi decretó en público que al equipo no le alcanzaba para LaLiga antes de que en Lisboa el transatlántico se hundiera estrepitosamente. Con la victoria de Osasuna en Barcelona, el equipo blaugrana empezó su hundimiento y cuatro meses después, ante el mismo rival, el conjunto de Koeman dio síntomas de reacción.
El técnico holandés era consciente que cualquier tropiezo suponía descolgarse de la carrera por LaLiga en noviembre y aún así fue valiente en el planteamiento sorprendiendo con un equipo inicial en el que Pedri salió como pareja de De Jong en el doble pivote y con Braithwaite en punta.
Queda claro que el canario le encanta a Koeman, que lo hace jugar donde sea, mientras que el punta danés ha encontrado un sitio a base de trabajo y oficio. No es el delantero más aseado del mundo, pero no deja de trabajar para el equipo ofreciendo alternativas a los que llegan de segunda línea y es un incordio para los centrales.
Para ejemplo de su aportación, sirva el tanto que marcó el danés y que supuso el 1-0 a la media hora de partido. Puede que sea uno de los goles más feos que se hayan marcado en el Camp Nou últimamente, pero la cuestión era meter el cuero en la portería de Herrera como fuera. Braithwaite marcó por percusión empujando una pelota rechazada por el portero con todas las partes de su tronco.
Ese gol desatascó un partido al que el Barça no lograba echar el lazo porque a la hora de matar se perdía en arabescos, especialmente Coutinho, que a los 11 minutos falló un gol sin portero por chutar demasiado flojo permitiendo que Unai sacara el balón sobre la línea de gol.
Ante el fracaso de los violines, que a pesar de estar dirigidos por un Messi estupendo en la creación de juego no encontraban portería, el equipo blaugrana optó por la percusión. Primero fue Braithwaite y después Griezmann. El francés, que se hartó a hacer diagonales, reventó el balón desde fuera del área para anotar el segundo justo antes del descanso.
Koeman do entrada en el segundo tiempo a Busquets por Pedri para tratar de controlar más a un Osasuna que en la primera parte presionó muy bien a los barcelonistas e incluso dio un par de sustos a Ter Stegen mediante Budimir, al que le anularon un gol por fuera de juego de Oier.
El brasileño se desquitó de sus fiascos ante el marco rival a los diez minutos de la segunda parte cuando empujo a gol un regalo de Griezmann que suponía el 3-0 y que dejaba el partido sentenciado, lo que aprovechó Koeman para dar entrada a Junior, Dembélé y Trincão.
Todo parecía estar saliendo bien y apuntaba a domingo plácido. Pero en este club, no puede darse nada por seguro y a los 67 minutos Lenglet se lesionó. Con el francés caía el último central que le quedaba al Barcelona que pasó a jugar con una defensa de emergencia fomada por Junior, Mingueza, De Jong y Alba.
La carencia atrás se compensó con la potencia en la delantera, donde Dembélé y Trincao se asociaron para anotar un gol anulado por fuera de juego antes de que Messi anotara el cuarto para homenajear a Maradona exhibiendo la camiseta de Newell’s, el penúltimo equipo de Diego, con el número 10 a la espalda. Homenaje completado.