"Guardiola no volverá al Barça porque es muy inteligente"
Lobo Carrasco repasa con AS sus vivencias más interesantes en su amplia trayectoria en el fútbol, donde ha tocado casi todos los palos.
Francisco 'Lobo' Carrasco (6-3-1959, Alcoy, Alicante) ha sido protagonista en casi todos los palos del fútbol: jugador, entrenador, director deportivo, desde hace tiempo colaborador en medios de comunicación... Con una amplia experiencia y un sentimiento culé que lleva a gala, relata a AS las mejores secuencias de su carrera y cómo ve el fútbol y el Barça.
LaLiga tiene la intención de que se reanude la competición el 12 de junio, siempre que las autoridades sanitarias den el visto bueno. ¿Usted lo ve acertado o prematuro?
Física y psicológicamente, los jugadores van a tener que hacer un sobreesfuerzo porque se tienen que poner en forma para la recta de la final de la competición, da igual que se reanude el 12 o el 19 o el 26… Quedan tres semanas, aunque lo ideal para mí son cinco. En cualquier caso, los jugadores son profesionales, han estado controlándose el peso y manteniendo la forma, con la supervisión de los clubes, y el ritmo de competición se adquirirá jugando.
¿Cómo visualiza el fútbol en la ‘nueva normalidad’ de la que se habla?
Los futbolistas y los equipos juegan para ganar y para el disfrute de la afición, pero si no hay público en las gradas habrá un vacío que veremos cómo afecta, porque puede tenerse la sensación de que es un partido de entrenamiento, que evidentemente es muy diferente. Además, habrá protocolos que habrá que cumplir y veremos gestos y situaciones en las celebraciones y a la hora de que se dirijan unos futbolistas a otros y también hacia los árbitros que se nos hará raro a todos, a los profesionales y a los espectadores desde casa. Pero quedémonos con que todo esto será transitorio.
¿Qué partido de su carrera como profesional destacaría por encima del resto y por qué?
La final de la Recopa de 1979 que ganamos ante el Fortuna de Düsseldorf, en Basilea, porque rompimos la racha de aquel Barça de las cinco Copas, con Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón, etc, gente a la que admiraba y que no pudieron triunfar en Europa. Algo similar a lo que pasó con España en la Eurocopa de 2008, cuando los Casillas, Cesc, Xavi y la banda maravillosa que se juntó pudo romper la barrera de la Selección en cuartos de final.
¿Qué significa para usted Kubala?
Es una de las tres personas más maravillosas que han pasado por mi vida, junto con Quini y el fotógrafo Miguel Moreno. He tenido la oportunidad de poder compartir entrenamiento con él. Él me subió a la Selección con 19 años, tres después de jugar con la Olímpica, vino al Barcelona, me enseñó, además de entrenarme... Para mí siempre fue como un padre, pero no por la distancia de la edad, sino por su gran recorrido y sapiencia futbolística. Yo con Kubala iría al fin del mundo. Y cuando desgraciadamente murió, quedó en mí el orgullo de haber compartido pelota con él. Con su hijo Lazy mantengo una relación muy bonita.
Usted conoce a los dos: ¿en qué mejora Maradona a Messi y viceversa?
Messi lo que tiene es la regularidad: de 100 partidos, juega bien 99. Pero Diego tenía la gran virtud de desafiar casi a la Física. En los últimos metros, los de la verdad en el fútbol, empatan. Se pueden recordar diez jugadones de ambos en los que te vuelves loco; nadie ha podido repetirlo. Diego y Leo están en el Olimpo de los Dioses junto con Pelé y Cruyff.
Por la forma de defender de los equipos, antes y ahora, e incluso de la manera de arbitrar de los colegiados: ¿Quién se hubiera adaptado mejor a la época de cada uno: Messi o Maradona?
Es que son dos jugadores atemporales. Podrían haberse adaptado a cualquier época del fútbol, en los grandes ciclos como los que protagonizaron el Honved y la selección húngara de los años 50, la Brasil del 70 o la Naranja Mecánica, la España del Tiqui-Taca…
¿Cómo explica que el Madrid haya ganado desde 2014 cuatro Champions y el Barça, pese a tener a Messi, solo una?
La virtud del Real Madrid es el poderío mental, aparte de lo que haya podido hacer Zidane, que también ha tenido su influencia en esos éxitos. Pero en la comparativa futbolística, si sólo quieres ver espectáculo, el Barcelona ganaría la apuesta, como ha demostrado. El Barça le ha ganado más veces al Madrid en los últimos años y cuando se han enfrentado en la Champions, también. Pero el Real Madrid, sin jugar bien, era capaz de pasar eliminatorias, mientras que el Barça está obligado a jugar bien y en el momento que no lo hace paga la factura de una derrota, porque no sabe defender como cuando tiene el balón.
Antes del gol de Torres en Viena, en la Eurocopa de 2008, la gloria pudo haber sido para la Selección en 1984, en aquella final ante Francia. ¿Cómo lo recuerda?
Lástima aquel remate de mi amigo Santillana, después de un córner que lancé, que sacó bajo palos el bueno de Luis Fernández. Después se pusieron por delante con aquel gol que todo el mundo conoce, que yo siempre digo que no se lo marcaron a Arconada, fue a todos nosotros. De hecho, Luis fue quien nos llevó a aquella final con las grandes paradas que hizo.
Otra de éxitos de la Selección con usted de protagonista: ha marcado muchos goles, pero ¿el más especial de su carrera es aquel del último minuto ante la Austria de Polster, en el Prater de Viena, que dio a España la clasificación para la Eurocopa de Alemania de 1988?
Sí, y aquel partido, sin duda, es el más importante de mis años en la Selección española. Recuerdo que atravesábamos por una situación complicada, se lesionó Butragueño, se pusieron 2-2, faltaba un minuto… Como el riesgo siempre me ha gustado, me pasaron el balón en el centro del campo, me lancé al ataque, y en lugar de irme al córner y perder el tiempo, encaré hacia la portería, un par de amagos y regates, chuté y marqué el 2-3 que nos dio la clasificación. Fue un momento increíble para nosotros y para toda España, como años antes el 12-1 que logramos ante Malta.
¿Cuántas vueltas le ha dado durante 34 años a que, siendo usted el encargado de lanzar el quinto penalti ante Duckadam, podría haber dado al Barcelona su primera Copa de Europa en 1986, ante el Steaua en Sevilla?
Aquello fue duro. Yo cogí la responsabilidad de tirar el quinto porque había fallado en semifinales ante el Göteborg. Podía haber sido definitivo, pero no lo fue. Urruti hizo una gran tanda de penaltis, pero nosotros habíamos fallado los cuatro primeros. Es una herida que siempre llevaré conmigo porque pudimos haber formado parte del primer Barça campeón de Europa.
Usted fue uno de los damnificados tras el famoso Motín del Hesperia, hace 32 años. ¿Lo volvería a repetir?
Aunque haya sido muy anárquico como futbolista y un chupón con la pelota, y esto lo digo con orgullo, siempre he sido de la teoría de donde iba el equipo, íbamos todos. Repasando lo que ocurrió en el Motín del Hesperia, y con la vinculación que yo tenía con el presidente José Luis Núñez, mi padre deportivo, si yo me hubiera presentado en su casa, como cuando él me llamó para que fuera a verle cuando el Betis quiso ficharme, seguro que lo hubiéramos arreglado, pero no tuve la inteligencia en ese momento de haber asumido la responsabilidad en nombre del equipo.
¿Cuántas veces ha hablado con Goikoetxea de su patada a Maradona en la final de Copa del Rey de 1984 y de todo lo que ocurrió en aquel el Barça-Athletic?
Muchas, porque tenemos una buena amistad. Es verdad que la situación fue muy desagradable, pero Goiko es muy noble, se arrepintió y siempre lo ha hecho, y para mí eso es suficiente. Como profesional que ha sido tendrá que acarrear con esa situación, como yo con aquel quinto penalti que no tiré ante el Steaua.
¿Por qué tras 11 temporadas en el Barça se marchó al Sochaux francés y después al Figueres?
Yo tenía 30 años y decidí salir del Barcelona, a pesar de que tenía dos años más de contrato, porque con Cruyff, aunque me llevaba bien, teníamos ideas diferentes en cómo quería que yo jugase. En realidad iba a ir al Bolonia, jugar en el Calcio me apetecía, pero no hubo acuerdo entre los clubes para mi salida y sí con el Sochaux, que apostó más fuerte por mí en todos los aspectos. En enero de 1992 decidí retirarme, pero semanas después me llamó el director deportivo del Figueres, Paco Martínez, amigo y excompañero en el Barça, y me convenció para que ayudara al equipo en la promoción de ascenso a Primera División. Lástima que no lo conseguimos con gente como el portero Toni, Gratacós, Tab Ramos, Luis Cembranos Tintín Márquez, García Pitarch o el tristemente fallecido Tito Vilanova. Las dos experiencias, tanto la de Sochaux como la del Figueres fueron muy gratas y enriquecedoras.
Usted ha sido un extremo con muchos recursos. ¿Qué necesita antes el Barça, un extremo o un delantero centro, Neymar o Lautaro?
El fútbol de Neymar es inabarcable, tiene un catálogo amplísimo, es una maravilla de futbolista, pero se fue de una manera que yo, si fuera el presidente o director técnico, no accedería a que volviese. Lautaro tendría más peso específico en el Barça por las necesidades del equipo. Por eso yo lo ficharía para que se turne con Suárez en el papel de 9 antes que a Neymar, a pesar de que sé que el club va a hacer todo lo posible para que vuelva. Imagínese un tridente Neymar-Lautaro-Messi, con Griezmann en la recámara, que yo sigo confiando en él. Sería bestial.
¿Considera que fue justa la destitución de Valverde?
Cuando el Barça pierde la Copa frente al Valencia, y antes se produjo otro palo tremendo al caer eliminado en la Champions contra el Liverpool, se abrió el dilema de la salida del entrenador o la reconstrucción del equipo. Los que mandan en el Barça decidieron que Valverde continuara, pero para mí tendría que haber seguido hasta el 30 de junio de esta temporada. Eso hubiera sido lo coherente, lo correcto.
¿Ve a Guardiola volviendo al Barça?
Eso no se va a dar porque Guardiola es muy inteligente, pero el sueño húmedo de todo culé, estando todavía Messi en el equipo, es revivir aquella época con Pep.
¿Qué está pasando con la cantera del Barça, de la que siempre ha presumido?: Carles Pérez, Abel Ruiz o Miranda, por ejemplo, han tenido que marcharse; Ansu Fati se está desinflando; Riqui Puig no acaba de dar todo lo que se espera de él… ¿Le está ganando el Madrid con la partida con su apuesta por jóvenes valores?
Fue un error dejar salir a Carles Pérez. Ansu Fati no lo vendería por nada, otra cosa es una cesión para que entre en una posible operación de Neymar o Lautaro, que hablábamos antes. Riqui Puig tiene fútbol, pero van a tener que cederlo a un equipo de Primera para que demuestre que tiene capacidad, sobre todo sin balón; tiene que aprender de lo que hacían Xavi e Iniesta: no tenían poderío físico, pero se adelantaban a lo que haría el adversario y robaban muchos balones. La cantera fue la base para que el Barça alcanzara la cima del fútbol mundial y eso no debería de olvidarse.
Usted tiene el título de entrenador desde hace años, pero sorprende sólo haya tenido dos experiencias: Málaga B y Oviedo.
Vaya por delante que nunca aspiré a ser entrenador. En el Málaga B fue una experiencia de cinco o seis meses muy bonita, en el fútbol de formación, de cantera que tanto me gusta, y conseguimos promocionar bastantes futbolistas. Y en el Oviedo hicimos un gran campeonato, acabamos primeros, pero en el playoff no logramos ascender. Aquella situación fue muy tensa, muy apartada del profesionalismo que siempre he llevado por bandera, y decidí no volver a entrenar más.
¿Es definitiva su decisión de no volver a entrenar más?
Después de Oviedo me llegó una oferta de China, pero no acepté. Yo soy un hombre de palabra y puedo afirmar casi al 100% que no volveré a entrenar a ningún equipo; el casi es porque vaya a ser que me pase como a Setién y me llame el Barça...
Ha sido futbolista, director deportivo, entrenador, presentador, comentarista... Falta que sea directivo. ¿Le veremos en esa faceta?
En eso estoy abierto. Incluso, hace años estuve a punto de comprar un club modesto para llevarlo desde experiencia en el fútbol. En mi desempeño en los medios de comunicación, estoy viendo líneas de comportamiento a la hora de estructurar y gestionar un club que me parecen muy ilustrativos, como el Eibar, el Leganés, el Villarreal…, para trasladarlos a otros clubes cuando suben a Primera División.