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BARCELONA

El "No a Griezmann", un eslogan tan ruidoso como inútil

La llegada del francés a principios de julio parece inevitable pero el silencio del jugador y el Barça contrasta con las numerosas muestras en contra por su fichaje y las dudas del vestuario.

Antoine Griezmann.
Antoine Griezmann.FRANCK FIFEAFP

El no a Griezmann es ensordecedor desde muchos sectores del barcelonismo. Desde ex jugadores (Edmilson) hasta antiguos presidentes (Joan Laporta), nuevos candidatos (Víctor Font) y hasta asesores actuales y leyendas del barcelonismo (Carles Rexach), el rechazo al francés es rotundo. Hay quienes, como Edmilson y Rexach, basan su desaprobación al fichaje en un asunto puramente futbolístico: el francés juega hace años en la misma posición de Messi y no va a haber sitio para los dos. Otros, como Laporta y Víctor Font, basan su no en un asunto sentimental. "No sólo es exagerado su precio; la gente no lo quiere", dijo el pasado viernes Laporta. Víctor Font, precandidato a las elecciones de 2021, consideró que un juego como el del año pasado en La Decisión debería hacer reflexionar al club y mirar las iniciativas.

Es fácil pensar que esa frase de Griezmann, "sé los sacrificios que conllevará", no tiene que ver sólo con el ajuste de su ficha (de los 23 millones anuales del Atlético a los 17 millones según algunas fuentes). Puede que también tenga un fondo de asunción del rechazo popular que va a recibir en sus primeros días de barcelonista. Las encuestas no terminan de manifestarse claramente a su favor. El porcentaje de culés satisfechos con su probable fichaje no alcanza el 50 por ciento en ninguno de los sondeos.

No sólo eso. Puede que "los sacrificios que conllevará" pueda incluso referirse un hipotético recibimiento frío del vestuario. En contra de los guiños a favor que recibió de Messi, líder absoluto del vestuario, y su colega Suárez en 2018, esta vez nadie ha querido manifestarse de manera favorable a la llegada del jugador francés. "No voy a hablar de Griezmann", dijo el argentino displicente en la previa de la final de la Copa del Rey en pleno ruido por una portada del diario Sport que aseguraba que las vacas sagradas no estaban de acuerdo con la llegada de un jugador que el año anterior les había dejado con la palabra en la boca.

Frente a eso, ni Griezmann ni el Barça pueden hacer nada de momento. No pueden desvelar cuál será su futuro y están obligados a aguantar en la lona el 'punching' al que están siendo sometidos sin caer. En cierto sentido, saben que tendrán su momento si finalmente cuaja el fichaje. Será entonces cuando ellos tomarán la palabra y frenarán el ruido. Griezmann podrá explicar entonces a qué sacrificios se refería cuando esbozaba su fichaje y el Barça podrá justificar el porqué del fichaje de un jugador que, además de moverse hace años en la posición de Messi, humilló el sentimiento de su gente en el documental de La Decisión. Será entonces, tal vez, cuando algunos barcelonistas de siempre como Josep Maria Minguella tengan que mantener su palabra de no ir al Camp Nou mientras Grezmann juegue en el Barça. Tal vez entonces se calme todo el ruido generado por la imposibilidad de hacer público el acuerdo. De momento, todo hace pensar que el "no a Griezmann" será un eslogan inútil porque acabará viniendo.