REAL MADRID

Triunfaron Modric y Varane

El francés levantó la Copa del Mundo y el croata, el Balón de Oro; Isco sobresalió en el flojo Mundial de la Selección y Asensio decepcionó.

Sergio Ramos. España. No fue el Mundial soñado por el capitán del Madrid y de la Selección, que cumplió en Rusia 156 partidos con España. No logró conformar con Piqué una dupla con la consistencia de otras grandes citas. También le afeó un grave fallo, a medias con Iniesta, que supuso el gol de Marruecos en el último encuentro de la fase de grupos. Paradójicamente, el camero simbolizó de manera involuntaria el juego tan plano de la Selección: es el futbolista que más pases dio en el torneo (435).

Nacho. España. Su polivalencia le sigue funcionando como el primer día. Esta vez, Hierro recurrió a ella en el debut contra Portugal para cubrir la baja de Carvajal. Contra la selección del país vecino vivió un carrusel de emociones. Le hizo un penalti a Cristiano en el minuto 2... pero luego consiguió el 2-3 con un derechazo exquisito, el mejor gol de La Roja en Rusia. Volvió a ser el lateral derecho ante Rusia, en un partido discreto hasta que fue sustituido en el minuto 70. Seguirá siendo un seguro de vida en el Madrid.

Isco. España. El más destacado en el traumático Mundial de la Selección. Físicamente incansable y sin miedo a tomar la pelota para intentar ser el líder. No le acompañó el resto, porque por el malagueño no fue. Fue el futbolista de la Selección que más chutó, recibió una sangría de faltas (20, el que más), fue el que más pases intentó en el área rival (10 por partido) y también fue el que más regateó. Va a más y ahora tendrá que dárselo a Lopetegui, su gran valedor desde la Sub-21.

Asensio. España. Se esperaba más de él, a tenor de su calidad y sus momentos álgidos durante la temporada con el Madrid. Sólo fue titular ante Rusia y no se le recuerda ningún desborde por la banda derecha, donde le ubicó Hierro. Ni siquiera intentó una de sus especialidades para desatascar partidos: su magnífico golpeo desde lejos. Basta con decir que sólo disparó una vez en este Mundial. Malgastó la oportunidad de ganar reconocimiento en una gran competición. Le toca remontar en el Madrid.

Carvajal. España. Lo suyo con las grandes citas de la Selección es un misterio. Sufrió una lesión muscular con el Madrid en la final de Kiev (26 de mayo) y se sabía que iba a llegar a Rusia muy justo. Lopetegui le esperó y Hierro lo ratificó. No estuvo disponible ante Portugal y contra Irán se perdió en el mismo bosque defensivo que el resto. Le faltó chispa para mostrar sus virtudes en ataque y se le vio por momentos dubitativo atrás. Se le abre un nuevo panorama de blanco con la llegada de Odriozola.

Lucas Vázquez. España. Se hizo un hueco en la convocatoria pero con La Roja no pudo ser ese revulsivo que tantas veces le funcionó a Zidane. Ante Portugal salió en el 86' con 2-3 y, sin apenas poder intervenir, vio cómo Cristiano hacía el empate... Hierro le dio la titularidad ante Irán pero se atascó sin remisión. No jugó ante Marruecos ni Rusia.

Odriozola. España. Se ganó el billete en el tramo final y marcó un golazo con España en el amistoso preparatorio ante Suiza, pero el último fichaje madridista quedó tapado en Rusia por dos de sus nuevos compañeros: Carvajal y Nacho, que hizo de dos ante Portugal y Rusia. Dada su juventud (22 años), al menos suma una experiencia mundialista.

Varane. Francia. Vuelve de Moscú con una Copa del Mundo bajo el brazo y reforzado en su autoestima. Lo jugó todo, marcó un gol, fue una roca defensiva del campeón... Demostró que su rodilla va asentándose y puede soportar un esfuerzo continuado. Titular en la final de Kiev y en la del Mundial, aún tiene sólo 25 años. "Es increíble todo lo que me ha pasado a estas alturas de mi vida, tendrá que pasar tiempo para que pueda analizarlo", decía el central tras tumbar a Croacia. Fue insuperable por alto en este Mundial en el que el balón parado fue un elemento clave y se transformó en martillo ejecutor en el área contraria. Su gol de cabeza a Uruguay en una falta lateral, el 1-0 en el minuto 40 de unos cuartos de final que se habían trabado al máximo, fue oro puro para Les Bleus. Además, se empleó con su guante blanco habitual a la hora de limpiar balones: sólo hizo dos faltas en todo el campeonato mientras promedió 6,8 recuperaciones de balón por encuentro. Ahora empieza para Varane una etapa desconocida en el Madrid, ya sin el apoyo cercano Zidane, el hombre que recomendó su fichaje en 2011. Su durabilidad en el Mundial (jugó todos los minutos) supuso la extensión de una temporada en la que disputó 54 partidos (contando también los de Francia) y se asentó definitivamente al lado de Ramos. El futuro es suyo.

Modric. Croacia. El mejor futbolista en Rusia. Así se lo reconoció la FIFA, que le otorgó el Balón de Oro del Mundial. Un brillante desempeño que le ha metido en las quinielas para aspirar al Balón de Oro 2018 que entregará L'Équipe, aunque diga que no le obsesiona. "Ganarlo no es una prioridad para mí...", aseguró antes de la final. Casi con 33 años (los cumplirá el próximo 9 de septiembre) ha alcanzado una madurez sublime. Fue el Jugador del Partido en la victoria con Nigeria (2-0), en el poderoso 3-0 a Argentina y en cuartos, ante Rusia. Contra los nigerianos consiguió uno de sus dos goles, de penalti. El otro, estará entre los mejores vistos en este Mundial. Le hizo el 2-0 a la selección albiceleste con una maniobra en la que engañó a Otamendi con un amago de mago y superó a Willy Caballero con un derechazo desde fuera del área ajustado al palo derecho. De cine. Un inicio de Mundial ya con la quinta marcha puesta que insufló fe en esta generación dorada croata. Condujo a Croacia al sueño de la final contra viento, marea y tres agotadoras prórrogas contra Dinamarca, Rusia e Inglaterra. Aunque Francia anuló su influencia y se quedó sin alzar la preciada Copa del Mundo, tiene a su país a sus pies. "Luka es un líder enorme", dijo rendido Suker pese al 4-2 final. Encara su séptima temporada en el Madrid en la mejor de sus versiones. Una gran noticia para Lopetegui.

Kovacic. Croacia. Con Dalic no tuvo más protagonismo que con Zidane el curso pasado. En la selección croata fue durante el Mundial un recurso más para refrescar a Modric, Rakitic y Brozovic. Sólo fue titular en el intrascendente partido contra Islandia y terminó desapareciendo. Ni en la semifinal contra Inglaterra, ni en la final actuó un solo minuto.

Kroos. Alemania. De lo poco salvable en una más que decepcionante Alemania. Su jerarquía en la Mannschaft es incuestionable y se dio una auténtica paliza para apagar fuegos (corrió 11,2 kilómetros en cada uno de los tres partidos) sin poder evitar la debacle de su selección. Ya le concedió a Joachim Löw una bola extra con un impresionante golazo de falta a Suecia en el 95' (fue el 2-1) que permitió a Alemania esquivar una eliminación exprés. No estuvo a su nivel del Madrid, pero la falta de química con Khedira, su pareja como mediocentro en las dos derrotas germanas, pesó demasiado.

Keylor Navas. Costa Rica. Lejos de aquel Keylor sensacional de Brasil 2014. Embelleció su participación con un gran partido pese a caer por 0-2 ante Brasil, pero no transmitió sensación de dominio en los otros dos encuentros. Tampoco echó el cerrojo contra Serbia (0-1) ni Suiza (2-2). Mientras, Courtois, aspirante a la portería blanca, brillaba con Bélgica...

Marcelo. Brasil. De más a menos. Una lesión en la espalda en el minuto 9' del duelo ante Serbia, su tercer partido en el torneo, le cortó el Mundial en seco. De hecho, se perdió la victoria contra México en octavos de final. Reapareció en cuartos contra Bélgica y quizá pudo hacer más para frenar a De Bruyne, al que concedió demasiados metros en el 0-2

Casemiro. Brasil. En el centro del campo de cemento armado de Brasil, no sobresalió tanto en faceta defensiva como suele hacerlo en el Madrid, aunque fue importante. Con sólo cuatro faltas en todo el torneo se ganó las dos amarillas que le costaron la sanción para el decisivo partido de cuartos frente a los belgas. Y Brasil lo notó...

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