Cuanto más rico es el rival, mejor se le da al Espanyol

Muy probablemente, la temporada en curso se recordará en el Espanyol como la de un ‘matagigantes’ que, sin embargo, resultó incapaz de descabalgar a mucho de los rivales de su propia Liga. Y, a grandes trazos, así está siendo, en un guion totalmente opuesto al del curso pasado. El Valencia es la piedra en el zapato de esa tendencia que los números se encargan de plasmar: el conjunto perico ya ha sumado más puntos ante los diez equipos con mayor presupuesto que ante los diez que menos tienen.

19 puntos de los 36 que acumula en esta Liga los ha hecho contra la mitad más rica de Primera, por 17 frente al hemisferio económicamente inferior, del que por cierto forma parte (es el decimoprimer presupuesto). De hecho, el curso pasado avanzaba una octava posición monetaria (que coincidió con la clasificación final) que ahora, cosas del destino, ostenta el último adversario: el Valencia. Los de Marcelino García Toral, no en vano, son el único club del ‘Top-10’ presupuestario contra el que el Espanyol no ha sumado ni un solo punto.

Justamente contra los cinco equipos más ricos de Primera han conseguido los pericos diez puntos, casi un tercio de los que tienen en esta Liga: uno ante el Barcelona (no se cuenta aquí, obviamente, el triunfo en la Copa del Rey), tres contra Real Madrid y Atlético de Madrid, uno frente a Sevilla y dos ante el Villarreal. Y con los colchoneros aún tienen pendiente un segundo envite.

El contraste es descomunal con la cola de la clasificación presupuestaria, que conforman Leganés, Eibar y Girona, contra los que el Espanyol no ha sumado ni un solo punto a pesar de contar con 20 veces menos dinero que el Barcelona.

Y todo ello, con el mismo entrenador, Quique Sánchez Flores, y con una plantilla muy parecida a la de la temporada pasada, cuando acabaron LaLiga habiendo sumado hasta 48 de sus 56 puntos contra los diez equipos menos adinerados, y solo ocho ante el ‘Top-10’. Es decir, menos de la mitad de los que ya llevan a falta de siete jornadas para el final. ¿Casualidad o motivación?