El maestro del 'anticruyffismo'

‘Anticruyffismo’. Si todos los equipos de LaLiga fuesen el Betis, el Celta o la Real Sociedad, o lo que es lo mismo, conjuntos tallados por un mismo patrón, el Espanyol podría aspirar al título. Quique Sánchez Flores es al anticruyffismo, si nos ponemos académicos, y ha hecho del equipo perico un antídoto para ese fútbol que puede resultar tan bello como arriesgado. No tiene Setién la pócima mágica, porque no existe en un deporte que puede tener tantas combinaciones como las que hay en el universo. Ni tampoco la tiene Quique, carente el Espanyol de un plan B como se ha seguido viendo en estas diez jornadas del campeonato.

Arte de defender. La versión 2.0 del Espanyol domina como nadie este tipo de registros, con una presión alta y asfixiante hasta para un Betis que sabe solventarla pese a los pocos meses de trabajo del técnico cántabro. No se quedaron a medio camino los pericos, que recularon hasta su propio área cuando los verdiblancos superaron su primer campo militarizado. Es el arte de defender, de tapar cualquier resquicio, de obligar a que el rival dé lo mejor de sí para superarle. Amante del ajedrez, Setién se topó ayer con una partida imposible, desembocada a la derrota o a las tablas.

Generación del 92. Ese empate táctico lo rompió el Espanyol con una combinación entre zurdos. Hermoso abrió a Aarón, que jugó por dentro con Piatti. Su centro milimétrico lo embolsó con mimo Gerard y lo envió con violencia a la red. Fue una de las pocas acciones que la delantera perica le ganó al bueno de Amat, perla blanquiazul, asentado en el Betis. Su inseparable Álvaro Vázquez lo vio desde la grada nuevamente... Esa generación del 92, criada en Sant Adrià, estuvo frente a frente en Cornellà-El Prat. Cuando Amat debutó, Gerard jugaba en el Villarreal C después de ser fichado del juvenil del Badalona. Fútbol.

La defensa. Un deporte tiene estas situaciones sorprendentes, como la que se está produciendo con Hermoso en este comienzo de Liga. Anoche hasta se atrevió con un lanzamiento desde su campo que no entró porque Adán estuvo atento, pero la calidad del remate define el momento de confianza por el que atraviesa el central. Con un David López de líder y un Aarón supersónico, el madrileño deja en el olvido a Diego Reyes. Seguro en el juego aéreo, disciplinado tácticamente y solvente con el balón, es el complemento ideal para una defensa de aliño.

Sin bandera. Iba a ser Cornellà-El Prat una grada de banderas blanquiazules, pero se coló alguna que no estaba invitada a la fiesta del fútbol. Siempre hay discordantes, aquí y acullá, a cualquier lado del río. La política está abierta a cualquier gusto como también el fútbol, aunque si que hay una circunstancia que pone a todos de acuerdo: la victoria.