Capello no quiere oír hablar de Cibeles

Pasen y vean la entrevista de Óscar Ribot con Capello, cortesía que hemos de agradecer al técnico del Madrid. Este periódico ha llegado a titular "Hay que poner a Capello en la frontera", así que su atención es muy de agradecer. Hace poco me encontré con él, discrepamos civilizadamente, me aceptó algunos errores y me explicó algunas decisiones. Y se mostró decidido a hacer valer su contrato con el Madrid, particularmente si gana el campeonato. Fue contratado para eso y su fútbol no ha resultado más aburrido de lo esperado. Se le contrató como se compra una medicina, y si resulta...

Pasen y vean, les decía. Admite el error con Beckham, al que ahora todos querríamos convencer de que se quedara. Tiene pasión, tiene fuerza, tiene solidaridad y tiene un toque con la derecha envidiable. El fútbol es cuestión de detalles, suelen decir los contemporáneos. Quiere decirse con eso que los equipos están tan igualados que un detallito de estrategia puede decidir. Beckham templa las faltas y los corners como nadie y por ahí llegan muchos goles. Si se va se pierde eso, más su despliegue, su pierna fuerte, su moral, su presencia. Pero me temo que ya no va a haber remedio.

En todo caso, lo que más preocupa a Capello es la euforia prematura. Ni oír hablar de Cibeles. El Madrid ha de ganar un partido más, un partido difícil. El Mallorca es un buen equipo que acaba de empatar con el campeón de la UEFA. Un equipo al que el desprecio de una semana dedicada a anticipar celebraciones espoleará tanto o más como la presumible prima del Barça. Capello aún tiene una semana dura de trabajo por delante, y lo sabe. Luego, si gana la Liga, llegará la hora de presentar sus reivindicaciones. Pero por ahora, dice, lo que toca es agradecer a Tamudo y preparar un partido difícil.

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