Esports

Bjergsen: el empleo de los esports como terapia contra el bullying

Colin Young-Wolff

Te explicamos por qué los esports pueden constituir también una terapia contra las adversidades

Los esports se han convertido en una industria que no para de crecer y expandirse. Cada vez son más los cambios que impulsan las competiciones de las diferentes disciplinas y las llevan a niveles nunca vistos. Hoy en día es una realidad incuestionable que es posible vivir de los esports y labrarse un futuro en ellos, pero ¿qué hay de aquellos para los que los deportes electrónicos son más que una forma de ganarse la vida?

Para infinidad de jugadores, no sólo profesionales, los videojuegos han supuesto también una vía de escape. ¿De qué? De sus propias vidas. Y es que a través de los esports es posible reinventarse. Los fracasos o inseguridades de la vida real no importan -o importan menos- cuando al sentarte frente al ordenador puedes convertirte en quién quieras y ser valorado por una comunidad que hace lo mismo que tú y comparte tus aficiones.

Este fue el caso de Bjergsen, por ejemplo. Un joven ampliamente reconocido actualmente en el entorno competitivo y con una carrera consolidada como jugador profesional del League of Legends, pero cuyos inicios no fueron fáciles.

El antes y el después

Hace tiempo que el midlaner reconoció que sufría abusos de pequeño. En el colegio sus compañeros, e incluso su profesor, se metían con él y minaban su confianza. La situación le llevó a una depresión de la cual escapaba a través de los videojuegos, circunstancia que entonces no se atrevía tampoco a reconocer abiertamente por miedo a si estaría mal visto.

A pesar de que cambió de colegio, los abusos se intensificaron e incluso alcanzaron el terreno físico. El danés abandonó los estudios y sufrió esta difícil situación encerrado en su casa. ¿Qué hacía? Jugar al League of Legends. A medida que mejoraba en el juego y ganaba torneos, dejaba más de lado sus estudios. La bola crecía y crecía, y aunque las entrevistas, los fans, e incluso el trato con sus propios compañeros aún le intimidaban y daban miedo, el apoyo que encontró en Riot, en la LCS y en la ESL le ayudaron a superar su timidez.

Ahora Bjergsen no se esconde y es un jugador mundialmente famoso. Su historia sirve de ejemplo para ilustrar que los esports no son solo una industria de entretenimiento. La raíz de su poder de crecimiento resida quizá precisamente ahí, en su capacidad para hacer que miles de jóvenes-o no tan jóvenes-se evadan a través de realidades creadas por y para ellos.

Los esports como terapia

Durante la celebración del torneo benéfico de Ibai pudimos ver que existen organizaciones, como Juegaterapia, que ya utilizan los deportes electrónicos como método paliativo para que los niños-y no tan niños- lleven mejor su día a día con enfermedades tan graves como el cáncer. Estudios médicos ya han demostrado su eficacia para mejorar la calidad de vida de los pacientes e incluso algunas patologías utilizan los videojuegos como terapias complementarias en sus tratamientos.

A pesar de que otros países como Estados Unidos están desarrollando más este tipo de técnicas, en España no son en absoluto desconocidas. Ya desde 2008, por ejemplo, el hospital de parapléjicos de Toledo utiliza la Wii para fomentar la movilidad y coordinación de los movimientos de sus pacientes.