Como cada mes de octubre, gran parte de los aficionados a los deportes electrónicos ponen su mirada en el campeonato del mundo de League of Legends, uno de los eventos más importantes del calendario internacional del sector y que consigue auténticos récords de audiencia año tras año.
En 2017 celebra su séptima edición y lo hace en China, uno de los países con más seguidores y del que provienen buena parte de las millonarias audiencias del evento. Mañana se decidirán los dos últimos clasificados para la fase eliminatoria del mundial, en la que ya esperan dos equipos europeos, Misfits y Fnatic; dos coreanos, Longzhu y Samsung; y dos chinos, RNG y Team WE.
Los equipos coreanos son los claros favoritos para llevarse el trofeo a su país, ya que han ganado cuatro mundiales consecutivos y son, con diferencia, la región más poderosa del mundo. Sin embargo, hubo una época en la que no era así, y otros continentes tuvieron la oportunidad de llevarse el gato al agua en los albores de la escena competitiva de League of Legends.
Fnatic, primer campeón del mundo
Era junio de 2011 cuando Suecia se disponía a acoger el primer campeonato del mundo del título. Visto con perspectiva, las cosas por aquel entonces eran muy distintas. El bote de premios ascendía tan solo a 100 000 dólares, una cantidad insignificante comparada a las que vemos solo seis años después. De los ocho equipos que participaban en el torneo, solo dos eran de origen asiático: los filipinos Team Pacific y los singapurenses Xan. Este año, por comparar, ha habido hasta nueve equipos asiáticos: tres chinos, tres asiáticos, dos taiwaneses y un vietnamita.
La final de aquel año enfrentó a dos equipos, ambos europeos: Fnatic y Against All Authority. Los primeros, liderados por el legendario midlaner español Enrique "xPeke" Cedeño, se llevaron el gato al agua al imponerse por 2-1 a sus rivales. En ese equipo subcampeón se encontraba los dos jugadores franceses más importantes de la historia del League of Legends: Paul "SoaZ" Boyer y Bora "Yellowstar" Kim. Curiosamente, ambos se convertirían en leyendas de Fnatic posteriormente.
Taiwan da la sorpresa a Moscow 5
Para la segunda edición, que se celebró en Estados Unidos, el número de equipos se ampliaba en cuatro. Del total de doce, ya la mitad eran asiáticos: dos coreanos, dos chinos, un taiwanés y un vietnamita. El premio se multiplicaba por veinte y los dos millones de dólares de bote se convertían en el mayor premio de los deportes electrónicos hasta aquel momento.
Europa partía como favorita para revalidar título, a pesar de la ausencia de un Fnatic que no tuvo un buen año. Uno de los representantes continentales era el equipo ruso Moscow 5, uno de los conjuntos más emblemáticos que se recuerda y cuyo quinteto podría ser recitado por casi cualquier aficionado a la escena competitiva del título. Sin embargo, contra todo pronóstico cayeron en semifinales ante los taiwaneses Taipei Assassins, que volvieron a dar la machada en la final ante los coreanos Azubu Frost y se proclamaron campeones del mundo.
SKT y el ciclo coreano
El tercer mundial, de nuevo en Estados Unidos, fue el inicio de un ciclo ganador coreano que no parece que vaya a terminar a corto plazo. El número de equipos se aumentaba en dos más, añadiendo a un tercer equipo coreano y a un representante wildcard, categoría en la que se agrupan las regiones de menor nivel. El bote de premios, sin embargo, se mantenía igual que el año anterior.
A la final llegaron dos equipos asiáticos: los chinos Royal Club y los coreanos SKT T1. Los segundos vencieron en la final al mejor de tras a pesar de perder la primera partida. Entre los que disputaron aquel encuentro podemos encontrar algunos jugadores que todavía hoy siguen dominando, entre los que destacan el midlaner coreano Lee "Faker" Sang-hyeok y el tirador chino Jian "Uzi" Zi-Hao.
Al igual que Fnatic primero y Taipei Assassins después, SKT tampoco logró clasificarse para la cuarta edición del mundial y no pudo tratar de revalidar título en el torneo celebrado en Corea del Sur. El número de equipos se ampliaba hasta los dieciséis actuales y el mundial nos dejaba muchos recuerdos imborrables. Ese mundial también nos trajo uno de los himnos de los deportes electrónicos: Warriors, de Imagine Dragons, canción oficial del torneo.
La final se disputó en el Estadio Mundialista de Seúl, totalmente abarrotado para la ocasión. Las imágenes de aquella final han servido para ilustrar un buen número de artículos relacionados con los deportes electrónicos y supusieron, probablemente, un antes y un después en la repercusión mediática de los mismos. De nuevo Royal Club, ahora Starhorn Royale, llegaba a la final, en la que se enfrenaba a Samsung Galaxy White. Un tres a uno para los locales supuso el segundo título para el país.
Primera repetición de título
En 2015 el mundial volvió, cuatro años después, a Europa. Con pocos cambios respecto al año anterior, fue sin duda el mundial de la EUphoria, juego de palabras surgido a raíz del magnífico desempeño de dos de los representantes europeos, Fnatic y Origen, que alcanzaron las semifinales. Los segundos se convirtieron en el primer conjunto español en participar en un mundial y contaban con dos jugadores nacionales entre sus filas: xPeke y Alfonso "mithy" Aguirre. Fnatic, por su parte, tenía también representación española con el entrenador Luis "Deilor" Sevilla.
Pero los coreanos no tuvieron piedad y KOO Tigers y SKT avanzaron a la final tras arrasar con dos contundentes tres a cero a los europeos. La final, sorprendentemente, no tuvo demasiada historia y SKT se llevó su segundo mundial tras imponerse por tres a uno a sus compatriotas.
La edición más reciente, la de 2016, volvió a Estados Unidos y, como tras el primer cambio del viejo al nuevo continente, el bote de premios se multiplicó, aunque de forma más discreta. Cinco millones de dólares se repartieron entre los dieciséis participantes del torneo. Fue, además un mal mundial para los equipos europeos, ya que los dos primeros clasificados de la LCS quedaron últimos en sus respectivos grupos con solo una victoria.
El tercero en discordia, H2K, sí corrió mejor suerte y logró colarse en semifinales tras finalizar primero de su grupo y que le sonriese el sorteo dándole el cruce más fácil de todos: los rusos Albus NoX Luna. Pero Samsung le endoso un tres a cero y se metió en la final, en la que se enfrentó a un SKT que llegaba tras ganar un épico enfrentamiento a ROX Tigers. La final se puso muy de cara para los, entonces, bicampeones del mundo al adelantarse dos a cero en el marcador, pero Samsung tiró de orgullo y raza y forzó la quinta partida en la que, sin embargo, nada pudieron hacer y SKT se convirtió en el primer equipo en revalidar título.