El toplaner de G2 Esports, Ki 'Expect' Dae-han, habló con el medio Fomos tras el agridulce arrance del equipo europeo en loa Mundiales de League of Legends, ofreciendo su versión sobre la concepción de la comunidad entre las regiones.
El equipo, coronado en la EU LCS como el mejor de su región tanto en primavera como en verano, no debutó precisamente bien contra Samsung Galaxy, aunque logró salvar un poco las distancias derrotando al 1907 Fenerbahçe.
Preguntado por el decepcionante inicio de Europa en la competición, Expect no estuvo de acuerdo en afirmar que la región estuviera por debajo del resto, exceptuando, por supuesto, a la implacable Corea del Sur.
"Es inevitable que muchos lo crean viendo que no lo hemos hecho muy bien recientemente en los Mundiales. Pero Europa tampoco lo ha hecho tan mal, el año pasado H2K llegó a las semifinales y en el MSI de este año fuimos un gran rival a batir", opinó Expect. "Puede parecer que Europa es una región débil, pero yo creo que estamos al mismo nivel de todas las regiones salvo Corea".
Aún hay esperanza para Europa
El toplaner también habló sobre el cambio de estrategía que forzó la derrota ante SSG, sobre todo en lo que respecta a su modo de actuar. "En vez de centrarnos en presionar en la línea superior, hemos cambiado el enfoque hacía la línea inferior, algo necesario en el meta actual de Carrys. No me gusta mucho jugar con tanques, pero haré lo necesario para salir adelante, y eso me importa más aunque muera siendo un tanque. Con una reforzada toplane y la ventaja de la línea inferior, pensamos que seremos capaces de seguir venciendo".
G2 terminó la primera semana con un decepcionante 1-2 tras ser derrotado por RNG, lo que les dejó en cierta desventaja, aunque Misfits logró salvarse en su propio grupo con un 2-1 más digno.
Pero ha sido la reciente recuperación casi milagrosa e inesperada de Fnatic, logrando clasificarse para los cuartos de final tras cuatro victorias seguidas, la que ha conseguido devolver cierta esperanza en la región. El gran problema siga siendo la salvaje ventaja de los equipos coreanos, algo que lleva siendo la norma durante demasiado tiempo en la escena internacional de League of Legends.
