La fama detrás de juegos como World of Warcraft o el más reciente Overwatch llevaron a la compañia Bossland a buscar beneficios creando programas que a día de hoy son muy conocidos dentro del sector.

Honorbuddy, Demonbuddy o el más reciente (y ya no disponible) Watchover Tyrant, son programas bots y cheats que alteran el código del juego para facilitar la obtención de beneficios dentro del mismo. En el caso de Tyrant, que afectaba a Overwatch, permitía apuntar inmediatamente a los oponentes, aportando una ventaja injusta a los que compraban el programa.

Blizzard lleva algunos años en disputa con la empresa por obtener beneficios de un daño causado a sus títulos, infringir el copyright y fomentar el juego sucio, entre otras violaciones legales. El gran problema del caso se encuentra en que Bossland tiene sede en Alemania, y ha intentado librarse de ir a juicio en Estados Unidos por esta causa.

La táctica de Bossland

Aunque no puede librarse de los cargos, Bossland ha permanecido callada ante la Corte de California, incluso después de recibir un últimatum. La respuesta de Blizzard ha sido pedir una moción de juicio ordinario, pidiendo un mínimo de 8.563,600 dólares por infracción de copyright, aún cuando, según la compañía, "el daño causado ha sido mucho mayor". Blizzard alega que el demandado se ha servido de una "táctica calculada y de mala fe" para ir a un juicio ordinario y evitar el alcance de las leyes de los Estados Unidos.

Ante la situación, el CEO de Bossland, Zwetan Letschew, declaró al medio TorrentFreak que "ellos sólo aplicaron una moción para disolver el caso porque Estados Unidos no tiene jurisdicción. Como ha sido declinada, apelaremos una vez el juicio ordinario termine".