No era oro todo lo que relucía en la PEA. Siete equipos de Counter Strike: Global Offensive americanos se unieron en septiembre de este mismo año formando la Asociación Profesional de eSports. Jugadores y dueños de las organizaciones celebraron por aquel entonces la creación de una organización que sirviera de intermediario entre ellos, además de defender los derechos e intereses de estos frente a las ligas y facilitar consultores a los jugadores para asegurar el futuro financiero de estos.

La transparencia fue uno de los valores clave señalados en la creación de la PEA, algo ante lo que los jugadores se mostraron escépticos desde el principio al haberse fundado la organización prácticamente a sus espaldas. Las sospechas de los edeportistas parecen haberse confirmado tras unos meses.

Los jugadores de cinco de los siete equipos que forman parte de la insitución han publicado una carta a la PEA mediante Scott “SirScoots” Smith, quien han elegido como representante, donde se comentan grandes desavenencias entre los jugadores y el organismo.

La PEA toma decisiones en base a un consejo que cuenta con siete votos: tres son de los jugadores, dos de los dueños de clubs y otros dos de la propia PEA. Este sistema fue bien visto en un principio por parte de los jugadores ya que se les daba, proporcionalmente, bastante voz. Los problemas han llegado cuando tanto como clubes como la asociación compartían sus deseos dejando siempre a los "pro-players" en inferioridad; las decisiones se tomaban siempre por un ajustado 4:3.

El gran enfrentamiento llegó cuando la PEA planteó crear una liga propia de un millón de dólares de premio total, entrando en conflicto con el calendario que impone la importante ESL Pro League, competición que los jugadores deseaban disputar. La Asociación puso a la EPL entre la espada y la pared proponiéndole dejar libre la región o de lo contrario retendría a los jugadores y solo les dejaría participar en su propia liga. Los jugadores reclamaron documentos sobre estas decisiones y la dirección de la PEA se lo negó argumentando en sus decisiones que "está en los contratos", dejando a los verdaderos protagonistas de la competición sin voz ni voto en todo lo que estaba pasando.

Los jugadores concluyen la carta llamando a la acción tanto a aficionados como al resto de protagonistas, haciendo saber a la PEA su opinión acerca de este asunto. "Nuestra esperanza es que, añadiendo a la comunidad en esta discusión, podamos crear un ejemplo de dialogo transparente que debería ser un estándar en la industria", reza el párrafo final.