La Organización Mundial de la Salud ya alertó de la situación que se avecina en Europa con el incremento de contagios y de la incidencia acumulada, y de lo que sucedería si los países no toman medidas con carácter urgente.

Primero el director regional de la OMS en Europa, Hans Kluge, afirmó que se registrarían hasta 500 mil muertes por COVID-19 en todo el continente en caso de que no se actúe con urgencia. Debido a esta situación, varios países han actuado con rapidez. Austria, por ejemplo, decretó un confinamiento tanto para la población vacunada como no vacunada, de una duración de 20 días, además de la obligatoriedad de la vacuna a partir del mes de febrero.

No ha sido el único país europeo en actuar de esta forma. Grecia, por ejemplo, implantó en septiembre la vacuna obligatoria para sanitarios y personas que trabajan con población vulnerable, al igual que Alemania, un país en el que la IA se ha disparado por encima de los 300 casos por cada cien mil habitantes y en el que se registraron picos elevados de contagios en los últimos días.

Aumenta la posibilidad de una mayor presión hospitalaria

Sin embargo, la OMS ha avisado en su último comunicado que, en el caso de continuar esta tendencia al alza de los contagios registrados y de la IA, en Europa podrían producirse 700.000 muertes más por coronavirus. 

Además, existe el riesgo de que se vea incrementada la presión hospitalaria en varios países de la región. Los pronósticos de la OMS apuntan a que 25 de esos países podrían tener problemas de falta de camas en los hospitales, y 49 países tendrían una situación de estrés alto o extremo en UCI hasta marzo de 2022.

Como elemento desencadenante, la OMS señala a la variante Delta Plus, a la que consideran una variante del virus "altamente transmisible". Kluge señaló en el comunicado que "nos enfrentamos a un invierno desafiante" aunque insistió en que todos los agentes implicados (gobiernos, autoridades sanitarias y ciudadanos) "podemos tomar medidas decisivas para la estabilizar la pandemia".

Las medidas de protección y la vacunación, imprescindibles

Para afrontar este nuevo panorama, la OMS insistió en cumplir con las medidas de protección como lavado de manos, distancia de seguridad, el uso de mascarilla y asegurar la buena ventilación en los espacios cerrados. Precisamente, la institución ha aludido a un estudio para asegurar que solo con el uso universal de las mascarillas se podrían evitar unas 160.000 muertes en Europa desde este momento hasta el 1 de marzo del próximo año.

También ha incidido el organismo en la necesidad de administrar una dosis de refuerzo "para proteger a los más vulnerables, incluidos los inmunodeprimidos, como una prioridad" e instó a los gobiernos del continente a vacunar a los trabajadores sanitarios y a los mayores de 60 años como "medida de precaución".

Precisamente esta última fue una decisión que anunció el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aunque la decisión en España debe ser ratificada en la Comisión de Salud Pública con las comunidades autónomas. En España, el porcentaje de población diana con la pauta de vacunación completa es del 89,1%, según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad, mientras que un 90,8% cuenta con una dosis administrada.