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CORONAVIRUS

Adenovirus Ad5 y Ad26, el secreto de la vacuna rusa Sputnik V contra la COVID-19

La Sputnik V, desarrollada por el Instituto de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, está creada con adenovirus humanos modificados.

Adenovirus Ad5 y Ad26, el secreto de la vacuna rusa Sputnik V contra la COVID-19
SHAMIL ZHUMATOVREUTERS

La vacuna Sputnik V se encuentra en el foco mediático tras conocerse que la Comunidad de Madrid mantuvo negociaciones con sus intermediarios para adquirir dosis de forma independiente al Gobierno de España si la Agencia Europea del Medicamento (EMA) daba el visto bueno. La vacuna rusa, desarrollada por el Instituto de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, tiene una eficacia del 91,6% y previene el 100% de los casos graves, según sus últimos estudios.

La vacuna está creada mediante los adenovirus humanos Ad5 y Ad26, que habitualmente causan el resfriado común. Estos grupos de virus se modifican genéticamente para que no se reproduzcan en los organismos humanos, sino que funcionen como transmisor de la respuesta inmunológica contra la COVID-19. Para ello se les añade un gen del SARS-CoV-2 que obliga al sistema inmunitario a reaccionar ante la proteína espiga y crear anticuerpos.

La tecnología utilizada por Sputnik V es similar a la de las vacunas de Janssen y AstraZeneca, pero se contrapone a las innovadoras técnicas basadas en ARN mensajero utilizadas por Pfizer y Moderna.

¿Qué reacción produce la vacuna en los organismos?

La vacuna se inyecta en los brazos y, en ese momento, comienza la reacción. Los adenovirus chocan con las células y son envueltas y absorbidas por ellas. En ese momento, el adenovirus se desplaza hacia el núcleo e inserta allí su ADN. La composición del preparado impide que la célula se replique, pero sí favorece la lectura del gen de la proteína espiga y copiarlo en el ARN mensajero.

Entonces, el ARN mensajero se desplaza al exterior del núcleo y, una vez allí, las moléculas interpretan el mensaje y ensamblan proteínas de espiga que servirán para que, cuando el virus de verdad intente penetrar en el organismo, la célula lo reconozca y active todas las defensas contra él.

Dos dosis

La respuesta inmunológica tras la inoculación de la primera dosis es grande. Por ello, a riesgo de que la segunda pudiera ser inútil, los investigadores utilizaron dos tipos de adenovirus diferentes que serían inoculados con 21 días de margen.

Esto significa que la primera dosis de la vacuna está compuesta por Ad26, mientras que la segunda está formada por Ad5, inoculando así dos tipos de protecciones.