Al margen de las vacunas y de las diferentes medidas sanitarias para luchar contra el coronavirus, ya sea la distancia social, el gel hidroalcohólico o las mascarillas, en Málaga se está fabricando un nuevo elemento para reforzar la defensa frente a la tercera ola de contagios. Se trata de la ‘superbata’, un nuevo escudo para proteger a los sanitarios.

La bata quirúrgica de protección individual Coverline es un uniforme quirúrgico, de carácter dual, y no es solo un producto sanitario, sino que también entra dentro de la catalogación de Equipo de Protección Individual (EPI). Ha sido diseñado por el Grupo Cardiva, que buscaba precisamente ese dimorfismo, de manera que tiene modelos estándar y reforzado.

El objetivo con esta bata es proteger a toda aquella persona que la lleve puesta, ya sea sanitario o paciente, de ahí lo de producto sanitario. El carácter de EPI incluye que es único y exclusivo para el portador. No obstante, ambos etiquetados deben ser validados por las autoridades sanitarias.

Las características de esta prenda dual

Al hablar de que se trata de un uniforme de carácter dual es precisamente por eso, porque actúa como producto sanitario y como EPI, es decir, aumenta la protección frente al coronavirus porque el EPI es un añadido o un refuerzo.

Esa es una de sus principales características, el tejido SMMMS, que aporta permeabilidad al aire, flexibilidad, transpiración, resistencia o comodidad. Está hecho con filamentos de polipropileno, que se pueden combinar de diferentes maneras.

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Una apuesta por lo nacional

La empresa, al ver el panorama en cuanto a materia prima sanitaria y el desabastecimiento general, apostó por la elaboración de sus propias herramientas estériles para ayudar a proteger a los sanitarios ante posibles infecciones. Fue así como nació la idea de esta bata, que además cumple con las exigencias del Reglamento (EU) 2016/425 para su uso básico.

Se elaboran en la planta de este grupo industrial en el Parque Tecnológico de Málaga, aunque el grupo también realiza procesos de fabricación en Shanghái. “Es el único fabricante de material sanitario de ámbito nacional que desarrolla todo el proceso productivo, desde la compra de materias primas hasta el laminado, envasado y puesta en el mercado del producto terminado”, dijo Cardiva en un comunicado.

Así, minimiza riesgos y aumenta la facturación en fábrica. En 2020, salieron de sus instalaciones de Málaga más de 7 millones de batas y en la actualidad el ritmo de producción es de entre 35.000 y 40.000 batas diarias.