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CORONAVIRUS

Un profesor de Harvard avisa de la llegada de la tercera ola

El doctor Elvis García insta a la ciudadanía a pasar unas Navidades "más tranquilas, en casa, evitando las aglomeraciones" para combatir la pandemia.

El árbol de Navidad adorna la Plaza Mayor, en Madrid
Óscar Cañas - Europa PressEUROPA PRESS

Todavía no hemos superado la segunda ola de coronavirus y los expertos ya vaticinan la tercera para después de Navidad. Andrea Crisanti, el epidemiólogo más respetado de Italia, avisó de una tercera ola “en enero y febrero” en su país si es Gobierno no traza un plan “para mantener la pandemia en números mínimos”. Por su parte, el español Rafael Bengoa, experto en salud pública y exasesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de la tercera ola en España “si caemos en la complacencia” porque se crean “buenas circunstancias para el virus”.

También apoya ahora esta teoría el doctor Elvis García, profesor de la Universidad de Harvard, quien augura una tercera ola si nos relajamos en Navidad. “Me temo que vamos en esa dirección. Ahora las cifras se están conteniendo y, con un poco de suerte, llegaremos a mediados de diciembre con números algo más optimistas. ¿Y eso qué hará? Que la gente se relaje, que los hosteleros presionen para abrir, etc.”, ha explicado en la Cadena Ser. Para evitar este escenario tan pesimista el experto plantea la necesidad de “mensajes claros desde ya mismo y medidas firmes que pueden ser restrictivas porque de lo contrario en enero y febrero estaremos otra vez como en septiembre y octubre”.

Pide unas Navidades tranquilas

El doctor opina que podría “salvarse” la Navidad y celebrarse casi de manera normal, pero dependiendo “del número de muertos que estamos dispuestos a asumir por ir de compras y salir de fiesta”. En esta línea, ha lamentado que los gobernantes, en general, “están un poco a merced de unas presiones populares, económicas, sociales que hacen que las medidas que se toman no sean las adecuadas desde el punto de vista de la salud pública”.

No obstante, la responsabilidad también cae sobre la ciudadanía, a quien García aconseja pasar la Navidad en casa: “Entiendo que cada cual tiene sus propias circunstancias, pero animaría a la gente a pasar unas fiestas más tranquilas, en casa, evitando las aglomeraciones”. De hecho, él ha confirmado que no volverá a España para celebrar las fiestas: “No lo voy a hacer porque para mí el riesgo no compensa”. “Creo que lo importante es tener una mirada larga en este asunto. Quizá debemos perdernos estas Navidades para poder tener unas el año que viene”, ha sentenciado.

Cautela con las vacunas

En la última semana ha llegado información esperanzadora de diversas vacunas candidatas después de que Pfizer anunciara una efectividad del 90% y Moderna de un 94,5%. También desde Rusia y China aseguran una elevada eficacia. En cambio, Elvis García, que considera que tendremos que convivir con el virus durante un largo periodo de tiempo, pide mesura para valorar los resultados porque, si bien son noticias “muy positivas”, pueden ser también una espada de doble filo. Por un lado, nos dan esperanza de que el final está cerca. Pero, por otro lado, corremos el riesgo de fiarlo todo a la vacuna y dejar de hacer test o rastreos, alargando la situación que ya tenemos hasta que podamos vacunarnos”.

A la falta sensación de seguridad que podría proporcionar la vacuna, se suman las muchas personas que no están dispuestas a ponérsela, un 43% de españoles, según el último informe del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Sobre esto, el experto tiene claro que siempre habrá quien no quiera vacunarse, “lo cual es algo lícito”. El problema es que si quedan sin vacunar tantas personas no se logrará alcanzar la inmunidad colectiva. “Desde ese punto de vista, los negacionistas verdaderamente van a hacer daño si esos números manifestados en una encuesta son reales”, señala.

Ante esta situación, aboga por obligar a la vacunación: “Yo creo que si las agencias regulatorias dan el visto bueno la vacunación debería ser obligatoria debido a las circunstancias excepcionales en las que vivimos”. Eso sí, habría que tener en cuenta los dos problemas que puede generar esta acción: la disponibilidad de la vacuna y, especialmente, la resistencia social a causa de la “desconfianza” generada por “la politización de esta pandemia, la desinformación y el proceso de desarrollo, supervisión y eficacia de estas vacunas, que ha sido más rápido de lo habitual”. Por ello, propone que “el Gobierno tiene que trabajar en una estrategia de educación y transparencia desde ya, a seis meses vista, no esperar al último momento cuando llegue la vacuna. Esto hay que enfocarlo a medio plazo”.