CORONAVIRUS

El clima podría ser un factor no determinante en la propagación del coronavirus

Un grupo de investigadores determina que el clima, por sí solo, no puede explicar la variabilidad en la propagación del coronavirus.

El clima podría ser un factor no determinante en la propagación del coronavirus
NICOLAS ASFOURI AFP

La pandemia del coronavirus ha traído consigo muchos debates, entre ellos aquel en el que algunos expertos defendían que con la llegada del verano, del calor, la infección desaparecería en mayor medida. Llegó la temporada estival y los contagios siguieron aumentando, por lo que el virus no murió con el calor.

Un grupo de investigadores ha estudiado las primeras etapas de la pandemia y afirman que ni la llegada del verano ni la de la primavera han conseguido ralentizar la transmisión del coronavirus, pero informan que los virus de la influenza (la gripe) sobreviven más tiempo fuera del cuerpo en aire frío y seco que en ambientes más cálidos y húmedos, lo que les permite la oportunidad de infectar a más personas en invierno que en primavera y verano.

Hipótesis similar a la del virus de la gripe

La investigación ha dado una imagen mixta de si el nuevo coronavirus muestra un comportamiento similar. Canelle Poirier y Mauricio Santillana, de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston, Massachusetts, crearon un modelo con datos recopilados de China entre mediados de enero y febrero para comprobar cómo los cambios de estación habían afectado a la propagación del virus en el país.

Estos datos incluyeron recuentos de casos de COVID-19, condiciones climáticas e información sobre viajes nacionales entre los ciudadanos chinos. El modelo también tomó en cuenta los bloqueos llevadoa a cabo por el gobierno.

El clima no puede explicar la propagación de la COVID-19

El equipo, liderado por Poirier y Santillana, descubrió que el clima por sí solo no podía explicar la variabilidad en la propagación del virus, que continuó en áreas de China con climas tropicales y también en aquellas que son frías y secas, según explica el estudio publicado en la revista Nature. En países tropicales como Brasil, Perú, Colombia, Filipinas, Indonesia o Singapur, el clima cálido por sí solo tampoco detuvo la transmisión del coronavirus.

Basándose en una hipótesis similar a la de la transmisión de la gripe, los autores del estudio explican: “Examinamos la variabilidad espacial de los números reproductivos básicos de COVID-19 en las provincias y ciudades de China y mostramos que las variables ambientales por sí solas no pueden explicar esta variabilidad. Nuestros hallazgos sugieren que los cambios en el clima (es decir, el aumento de la temperatura y la humedad a medida que llegan los meses de primavera y verano al hemisferio norte) no necesariamente conducirán a disminuciones en el conteo de casos sin la implementación de intervenciones drásticas de salud pública”, reflejan en Nature.

Los expertos recopilaron datos de incidencia confirmada acumulativa diaria para cada provincia de China desde el 22 de enero hasta el 26 de febrero de 2020. Para llevar a cabo el estudio, también obtuvieron datos epidemiológicos de otros países afectados, incluidos Irán, Italia, Singapur, Japón y Corea del Sur y 345 ciudades de China. Con estos informes y recopilando la meteorología en esas fechas, pudieron comprobar que las temperaturas más altas conducían a tasas de transmisión más bajas en estos lugares, al igual que la gripe. Pero en otros países con climas tropicales esta transmisión siguió aumentando, por lo que la bajada de contagios pudo ser por otros factores.

“Nuestro análisis temprano y casi en tiempo real sobre el impacto de los factores ambientales en la transmisión de COVID-19 en China podría proporcionar implicaciones útiles para los responsables políticos y el público en todo el mundo. Se observó una transmisión sostenida y un rápido crecimiento de casos en una variedad de condiciones de temperatura y humedad que van desde las provincias frías y secas de China, como Jilin y Heilongjiang, hasta lugares tropicales, como Guangxi y Taiwán durante el primer período de tiempo” (del 22 de enero al 8 de febrero de 2020), informan en el estudio.

Resultados finales

“Nuestros resultados muestran que el clima por sí solo no puede explicar, de manera sólida, la variabilidad del número reproductivo en las provincias o ciudades chinas. Además, se observaron reducciones drásticas en la transmisión durante la segunda quincena de febrero, probablemente debido a las estrictas intervenciones no farmacéuticas impuestas en China. Además, podemos ver que todos estos hallazgos se han confirmado en estos últimos meses. Será posible realizar más estudios sobre los efectos de los factores ambientales en COVID-19 a medida que se recopilen más datos en múltiples geografías afectadas durante este brote de COVID-19”, finalizan.