Qué sabemos del coronavirus: origen, características, síntomas, tratamiento, vacunas...
Hace más de seis meses que se declaró la pandemia en todo el mundo. Un tiempo que ha servido para conocer mejor cómo luchar contra este patógeno.
El coronavirus ha puesto patas arriba 2020. Un virus desconocido se expandió por todo el mundo a principios de año y ya ha dejado, según datos de Worldometers, más de 30 millones de contagios y más de 945.000 muertes en todo el mundo. El principal hándicap para la ciencia, las autoridades sanitarias y políticas y la sociedad en su conjunto ha sido el desconocimiento existente que había y aún hoy hay en algunos aspectos.
Sin embargo, seis meses después de que se declarara una pandemia en todo el mundo, ya sabemos muchas cosas acerca del SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus, que provoca la enfermedad de la COVID-19. Ya se conoce el origen, cómo se transmite el virus, cuáles son los síntomas que produce en una persona, cómo prevenir la propagación del patógeno, cómo ha avanzado la ciencia en la búsqueda de un tratamiento o vacuna. El coronavirus, por tanto, sigue golpeando a la sociedad, pero la situación de conocimiento respecto a él es totalmente distinta a la de hace seis meses.
Origen del virus
Lo primero de todo es que a pesar de las especulaciones que indican que el virus se creó de forma artificial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado que el coronavirus se originó en un murciélago. De ahí saltó a otros animales mamíferos y posteriormente ya llegó a los humanos. El primer caso se detectó en la ciudad china de Wuhan y poco a poco se fue propagando por todo el mundo.
A partir de ahí era necesario trabajar en dos vertientes. Una, conocer las características del virus. Los virólogos trabajaron sin descanso y en poco tiempo descifraron la información genética del virus. Obtuvieron la estructura del genoma y una descripción detallada del virus. Este era un paso fundamental para que médicos, investigadores y microbiólogos empezaran a trabajar en la búsqueda de un tratamiento en forma de medicamento o en forma de vacuna.
Formas de transmisión
En paralelo, era primordial saber cómo se transmite el virus de persona a persona. Desde la OMS se han confirmado tres formas de contagio del coronavirus. El primero, y el más peligroso, es a través de las partículas respiratorias que se expulsan al hablar, toser o estornudar. Son gotitas minúsculas, inapreciables para el ser humano. Cuando una persona infectada está muy cerca de otra el contagio se produce entrando esas gotitas a través de la boca, nariz u ojos.
La segunda forma de transmisión es a través de las superficies. Esas gotículas pueden quedarse en algunas superficies, por lo que indirectamente una persona que entre en contacto con esas superficies puede contagiarse. Por eso, las autoridades sanitarias insisten en que las personas no deben llevarse las manos a la boca, nariz u ojos.
La última forma de contagio, confirmada en julio por la OMS, es a través del aire. Las gotitas respiratorias pueden permanecer en el aire durante un tiempo, sobre todo en espacios cerrados y con poca ventilación. Esas partículas pueden llegar a las personas que se encuentren a menos de un metro de distancia. Por eso, desde las autoridades recalcan la importancia de que los espacios cerrados cuenten con una ventilación adecuada.
Medidas de prevención e higiene
Al conocer cómo se puede transmitir el coronavirus, también se han podido establecer medidas de prevención e higiene para prevenir y frenar los contagios. Así, se ha hecho común, e incluso obligatoria en España, la utilización de mascarilla, se pide encarecidamente que se guarde la distancia de seguridad de al menos 1,5 metros para evitar esa transmisión a través de las gotículas respiratorias y se requiere un lavado frecuente de manos y utilización de gel desinfectante para eliminar los virus que se han podido quedar en las manos.
Síntomas del coronavirus
Al igual que conocemos la forma de transmisión del virus, también sabemos los síntomas que produce en una persona contagiada. Los más habituales son fiebre, tos seca y cansancio. Otros síntomas menos comunes pero que también se dan son molestias y dolores musculares, dolor de garganta, diarrea, conjuntivitis, dolor de cabeza, pérdida del sentido del olfato o del gusto y erupciones cutáneas o pérdida del color en los dedos de las manos o de los pies. En cuadros más graves, los enfermos de COVID-19 tienen dificultad para respirar, sensación de falta de aire, dolor o presión en el pecho e incluso incapacidad para hablar o moverse.
¿A quién afecta más el virus?
Los síntomas aparecen en las personas que contraen la enfermedad o también puede darse el caso que hay pacientes que cursan la COVID-19 de forma asintomática sin tener ningún efecto en él. También sabemos que el coronavirus afecta más a personas más mayores y con otras patologías, aspectos que pueden empeorar el estado de salud de los pacientes e incluso lamentablemente provocan su muerte.
Lo que todavía desconocemos
Todos estos aspectos ya se conocen del coronavirus, lo que ayuda a las autoridades y Gobiernos a tomar decisiones y medidas para luchar contra el patógeno, pero sigue habiendo aspectos que desconocemos. Por ejemplo, sabemos que una persona contagiada que ha superado la enfermedad genera anticuerpos en su organismo que le proporcionan inmunidad frente al virus, pero no sabemos con seguridad cuánto duran estos anticuerpos en el ser humano y por tanto cuánto dura esa inmunidad. De hecho, ya se están empezando a ver los primeros casos de personas reinfectadas.
Tampoco sabemos cuándo habrá un tratamiento o una vacuna contra el coronavirus. En forma de medicamento, se han probado multitud de fármacos, unos con más éxito que otros, pero, aunque muchos se están utilizando por emergencia porque se ha comprobado que ofrecen una mejora en el paciente, no está probado que ninguno tenga un éxito total. En cuanto a las vacunas, son también muchos los proyectos que están en desarrollo, algunos incluso en fase muy avanzada y cerca de contar con el prototipo final, pero se desconoce cuándo será la aprobación y cuándo se podrá empezar a vacunar a los primeros grupos poblacionales.
Por último, no sabemos exactamente las secuelas que deja el organismo en una persona que ha contraído la enfermedad. La ciencia y la medicina trabaja en ese sentido y se han visto ya consecuencias muy perjudiciales para la salud.
En definitiva, estos seis meses de pandemia han servido para conocer desde todos los ámbitos al coronavirus. Queda aún mucho camino por recorrer y mucha información que descifrar, pero lo cierto es que ahora tenemos muchas más herramientas y mucho más conocimiento del que teníamos a principios de 2020. La lucha continúa.