Seis meses después de cancelarse las clases, los niños vuelven a la rutina. La vuelta a los colegios se está caracterizando por la presencia del coronavirus y los rebrotes que están surgiendo en toda España. Y es por ello por lo que muchos padres incluso se están planteando la opción de no llevar a sus hijos a clases, con el miedo o la preocupación de estar en contacto con otros niños y exponerse a un posible contagio.

Aún con muchas personas pensando qué hacer en las próximas semanas, muchos son los padres que ya tomado la drástica decisión de no mandar a sus niños al colegio por la inseguridad que le genera la pandemia. Incluso con las medidas de seguridad -entre ellas la vuelta escalonada- y el uso obligatorio de mascarillas para mayores de seis años -incluso con la distancia de seguridad-, muchos padres siguen teniendo miedo al coronavirus.

"No veo que en su aula se vayan a mantener las distancias de seguridad", es el testimonio de una madre en Cuatro Al Día, explicando el miedo de mandar a sus hijos al colegio y exponerlo al virus.

Las excepciones

Con esta decisión de muchos padres de no llegar a sus hijos a los colegios, la Fiscalía recuerda que es un delito no llevar a los niños a la escuela de forma reiterada. Aunque, eso sí, habrá ciertas circunstancias relacionadas con la COVID-19 que se estudiarán en caso de ausencia en las aulas.

Negarle la escolarización a un niño podrían conllevar penas de hasta seis meses de prisión, tal y como explicaba el magistrado Joaquim Bosch en el mismo programa de televisión, aunque recalcando que en este contexto de una pandemia se estudiará cada caso "para ver su relación con el riesgo de contraer el virus a causa de la vuelta a la aulas".

Y es que, por ley, hay ciertos niños que están exentos de acudir a las aulas. Entre ellos se encuentran los menores de 6 años -incluidos los que los cumplan en primero de primaria-, los niños con patologías previas y aquellos menores que tengan familiares con patologías, aunque ellos mismos estén sanos.