CORONAVIRUS

Preocupan los asintomáticos que no cumplen el aislamiento

El miedo a perder el trabajo y la negativa de los jóvenes a guardar una nueva cuarentena supone un gran riesgo para la salud entre los casos asintomáticos.

Preocupan los asintomáticos que no cumplen el aislamiento
CRISTOBAL CASTRO EL PAÍS

El aumento de casos asintomáticos en nuestro país preocupa a las autoridades ya que muchos de ellos no cumplen con el aislamiento establecido para estos individuos, lo que puede suponer un contagio masivo al salir de sus casas.

Los rastreadores han afirmado que son muchas las personas asintomáticas que no se encuentran en sus domicilios cuando éstos les llaman por teléfono o que se encuentran en la calle cuando cogen las llamadas a través de los móviles.

Es necesario aclarar que estos pacientes tienen el derecho a salir solamente para comprar y respetando siempre las medidas de seguridad, el problema viene cuando no las cumplen.

Lo que temen los rastreadores es que muchas de estas personas, al no presentar síntomas, dejen de respetar las normas y por lo tanto hacer una vida normal y, lo que es peor, sin respetar esas medidas establecidas para evitar los contagios.

Aunque sean asintomáticos, esto solo quiere decir que no sufrirán los síntomas igual que una persona que desarrolle todos los signos de la enfermedad, pero eso no evita que no puedan ocasionar nuevos contagios e incluso brotes, ya que la COVID-19 se transmite de igual forma.

Ante esto, ya se han tomado medidas y comunidades autónomas como la de Andalucía, han anunciado que esta falta de responsabilidad será sancionada con multas de hasta 3.000 euros por no respetar el aislamiento necesario para los asintomáticos. La cantidad total de las penas dependerá del número total de individuos a los que hayan podido contagiar.

La pérdida del trabajo y la juventud, motivos por los que no se respeta el aislamiento

Los rastreadores y las personas competentes en este campo han señalado que la falta de respeto al aislamiento tiene que ver en su mayoría con el miedo a perder los puestos de trabajo, ya que el estar enfermo supondría una baja laboral que podría costarles el despido.

Por otro lado, se encuentran los jóvenes que después de tres meses encerrados en casa, se niegan a volver a guardar una cuarentena de 14 días al argumentar que se encuentran bien ya que no sufren ningún síntoma.