La nueva normalidad iba a traer rebrotes en nuestro país. El aumento de la movilidad y de la vida social y económica evidenciaba que se iban a producir repuntes de casos, como así ha sucedido. Para controlarlos, las autoridades sanitarias trazaron un plan de acción que contempla que cuando una persona da positivo se rastrean los lugares en los que ha estado y las personas con las que ha mantenido contacto. El objetivo, detectar de forma precoz a todas aquellas personas que se han podido contagiar y frenar la propagación y transmisión del virus.

Sin embargo, lo que no contaban desde los departamentos de Sanidad es que fuera a haber personas que se iban a negar a hacerse el test PCR o que iban a negar haber tenido relación y contacto con la persona infectada en los últimos días. Es lo que ha sucedido en Galicia. El personal sanitario está sufriendo esta situación y es que algunas personas se resisten a hacerse una prueba diagnóstica que le podría obligar a pasar dos semanas en cuarentena.

El rastreo de contactos se demora

Este escenario hace que Sanidad pierda tiempo en convencer a la persona en cuestión de que tiene que realizarse el test PCR y por tanto se alargan los tiempos, puesto que, si hay dificultades, no se efectúan pruebas con la rapidez que el contexto implica. Si los test no se practican de forma precoz, el patógeno entonces puede empezar a circular y multiplicar los contagios.

El propio presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, ha reconocido “dificultades” en la realización de pruebas PCR. El líder regional ha recordado a la ciudadanía que la COVID-19 es una enfermedad que no se puede ocultar y ha aprovechado para recordar, sobre todo a los jóvenes, que cumplan y sean responsables con las normas de higiene y prevención establecidas para frenar al coronavirus.

47 contagiados en el brote en A Mariña

Galicia se ha encontrado estas dificultades después de detectar el brote en A Mariña, en Lugo, donde hasta la fecha ya ha habido 47 personas infectadas. El origen se ha localizado en bares de la zona portuaria. A partir de ahí, Sanidad ha empezado con el rastreo y ha realizado más de 1.000 pruebas en residencias de la zona, donde no se han producido positivos, y más de 500 más entre las personas que tienen relación con el foco de contagios y con las personas contagiadas. La comunidad gallega sigue tratando de controlar el rebrote, aunque se ha encontrado con una dificultad añadida: personas que se niegan a hacerse la prueba PCR.