Desde que estalló, la pandemia de coronavirus ha provocado ya más de 10 millones de contagios. Este domingo se rebasó esa cifra redonda a nivel mundial. El patógeno y la enfermedad que causa, la COVID-19 han acabado con la vida de más de 500.000 personas en todo el planeta.

En todo este tiempo, la incidencia del patógeno ha ido rotando. Primero fue Asia el continente más afectado, con el epicentro den la ciudad china de Wuhan. Luego el gran foco se desplazó a Europa, con Italia, España y Reino Unido como los países más afectados. Y ahora es América, en especial Estados Unidos y Brasil, la región más castigada junto con Rusia, que tardó más en sufrir la gran oleada europea.

Crecimiento exponencial

En Estados Unidos las cifras asustan y no terminan de mostrar una mejoría constante. Hasta ahora se han detectado allí más de 2.510.323 casos y han fallecido 125.539 personas. En Brasil las cifras son de 1.313.667 y 57.070, respectivamente. En Rusia, de 633.542 positivos y 9.060 muertos, datos estos últimos que se ponen en duda en el seno de la UE.

El crecimiento de la pandemia a nivel mundial ha sido exponencial. Tardó casi tres meses en romper la barrera del millón de contagios. Doce días después, el 15 de abril, se alcanzaron los dos millones, el 27 de ese mes se llegó a los tres millones y dos meses después ha quedado superada la cifra de los 10 millones.

Rebrotes

Al mal momento que atraviesa en términos epidemiológicos América se le suma la aparición de rebrotes en otras zonas del mundo donde la propagación del patógeno se ha conseguido frenar mucho. Es el caso de Alemania, con 1.550 contagios en una planta cárnica de Guetersloh; de España, con 21 focos activos, uno especialmente preocupante en Aragón los 270 infectados, o de Pekín, en China, donde el mercado mayorista de Xinfadi se ha convertido en origen de 311 casos nuevos.