Anna Planas, bióloga del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, María Montoya, inmunóloga especialista en infecciones virales del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas, Carlos Briones, virólogo y divulgador científico del Centro de Astrobiología, y Xabier Urra, especialista en neurología del Hospital Clínic, participaron en un webinar orientado a saber si las altas temperaturas podrían ser aliadas contra la COVID-19.

El encuentro, desarrollado de forma telemática bajo el titulo 'El verano llegó, ¿se acaba la pandemia?', confirmó que el calor puede ser un pequeño aliado en la batalla. Para Urra, "podría ser que en parte ayude. Sí podemos pensar que las condiciones del verano pueden ayudar a reducir la intensidad de la pandemia. Aunque este virus es muy infeccioso y causa pequeños brotes a pesar de estar en verano".

Por eso, "el calor, la humedad y la radiación solar pueden ayudar a reducir los efectos de la pandemia, tal y como afirman varios estudios, que han simulado la radiación solar y comprueban que la mayor parte del virus se desactiva".

Cambio de hábitos

En la misma línea se manifestó Briones: "Es igual de infeccioso. Ahora se han cambiado los hábitos, vivimos más tiempo fuera de casa y hemos aprendido a llevar la mascarilla y a lavarnos las manos, por lo que vamos a tener menos transmisiones, pero no por el virus en sí mismo".

También desmintió que ahora sea menos letal: "No hay evidencias de que haya diferentes cepas pese a lo que se ha dicho, ni más virulentas, ni menos infecciosas. Es el mismo que había en febrero, hay que tener la misma precaución y no podemos bajar la guardia. Está tan preparado para transmitirse como lo hacía en febrero". 

Vuelta en otoño

Pese al cambio de costumbres, Montoya quiso recordar que "es más difícil transmitirlo cuando estamos fuera, pero tenemos que recordar que aún así, hay focos. En otoño volveremos a cambiar de hábitos, estaremos más en casa o en la oficina y el virus va a estar esperando. Tenemos que seguir y mantener lo aprendido durante el confinamiento, porque lo necesitaremos probablemente en otoño".

Por su parte, Planas quiso apelar a la responsabilidad de la sociedad: "Nos olvidamos rápido de lo que pasa y entramos en la normalidad rápidamente. Por eso, el mensaje debería ser que no hay que olvidar lo que ha pasado, que ha sido muy grave, y todavía no ha terminado".

Permanencia del virus

Pese a que los datos en España han mejorado notablemente, Briones asegura que no hay que confiarse: "La pandemia está aquí. El virus ha venido para quedarse, va a estar probablemente años aunque le conoceremos mejor. Hay que mantener las medidas aunque sea molesto, hay que tener mucho respeto por las personas más sensibles y ser excesivamente cuidadosos".

Respuesta del sistema

Montoya ofreció detalles de cómo funciona el organismo ante un contagio: "El sistema inmune es como un ejército, y ante una infección se activan diferentes unidades. Cuando funciona mal, nosotros estudiamos qué unidades no funcionan y por qué".

Además Planas añadió que "la respuesta al virus depende de la carga viral pero también de otros factores. Puede ser la propia historia de las personas, como la exposición a otros virus, o varios factores genéticos".

Precaución incluso con negativo

En opinión de Montoya, no hay que confiarse aunque nos hagamos la prueba y no estemos contagiados: "Que hayamos dado negativo en una prueba PCR no quiere decir que ya no nos vayamos a contagiar. Nos podemos contagiar minutos después. Sólo te dice si en ese momento concreto tienes el virus. Por eso se suele usar para personas en riesgo o que han tenido contacto".

La vacuna

Los expertos también fueron cuestionados sobre cuándo podría estar lista la vacuna, aunque para Montoya todavía queda trabajo por delante y existen dificultades añadidas: "Tras obtener una vacuna segura, necesitamos una fábrica que la produzca, y no tenemos muchas con esa capacidad. Es un problema estratégico importante que debemos tener en cuenta para futuras pandemias".

Asimismo, hay que tener varios factores en cuenta para poder crear una: "Además de los anticuerpos, hay otras unidades del sistema inmune que son útiles para diseñar una vacuna, que lo que hace al fin y al cabo es enseñar al sistema inmune a reconocer al patógeno. Así, cuando lo encuentra, ya no pregunta, dispara directamente".