La pandemia del coronavirus ha hecho que escuchemos o leamos más de lo habitual en los últimos meses la palabra ‘anticuerpos’. ¿Pero que son? Se trata de proteínas de defensa secretadas por los linfocitos tipo B como parte de la respuesta inmunitaria. Su labor consiste en circular por nuestro cuerpo por medio de la sangre con el objetivo de encontrar componentes extraños que dañen el organismo, como es el caso de virus o bacterias.

Los anticuerpos pueden neutralizar estos elementos o adherirse a ellos para que otra parte del sistema inmune acabe con su presencia. Normalmente se debilitan con el paso de tiempo, que en unas ocasiones puede suponer meses y en otras, años. Los estudios realizados hasta la fecha indican que en el caso del coronavirus su eficacia podría ser de cinco meses.

Tipos de anticuerpos

La segunda oleada del estudio de seroprevalencia reveló que apenas el 5,2 de la población española presenta anticuerpos IgG, uno de los cinco tipos de inmunoglobulinas que existen. Esta modalidad de anticuerpos revela si una persona ha sufrido la COVID-19. Son los más comunes y el organismo las emplea a modo de memoria para protegerse en un futuro contra virus e infecciones bacterianas. Son detectables en la sangre a partir de los 15 o 20 días. Además de este tipo, hay otros cuatro:

-Inmunoglobinas A (IgA): se encargan de la defensa de las mucosas, donde cumple una función inmune contra las infecciones.

-Inmunoglobinas D (IgD): se desconoce a ciencia cierta su función específica y se encuentra en pequeñas cantidades en la sangre.

-Inmunoglobinas E (IgE): suele encontrarse en el sistema intestinal y respiratorio, ofreciendo una protección inmunitaria, especialmente frente a gusanos parásitos.

-Inmunoglobinas M (IgM): un positivo en estos anticuerpos señala que se está en la fase aguda de la infección por coronavirus. Este tipo produce la respuesta más rápida ante un agente patógeno. Se detectan en la sangre a partir de los 10 o 12 días.

Pruebas de detección

A la hora de someternos a un test de la COVID-19, los resultados pueden ser de cuatro tipos:

-IgG (+) e IgM (+): revela que la persona se ha contagiado en las últimas semanas.

-IgG (+) e IgM (-): indica que el paciente se encuentra en la fase final de la infección.

-IgG (-) e IgM (-): señala que el sujeto no se ha contagiado de coronavirus.

-IgG (-) e IgM (+): muestra que el organismo ha iniciado sus sistemas de defensa ante la infección.