El sistema respiratorio es una de las áreas de nuestro cuerpo más castigadas cuando contraemos el coronavirus. Cuando llega a esa zona, el patógeno puede dañar severamente nuestra capacidad de respirar y llegar a generar lo que se conoce como neumonía bilateral.

La afección consiste en una inflamación de los pulmones. Estos contienen alveolos, una especie de estructuras semiesféricas a través de las cuales se produce el intercambio de oxígeno con el torrente sanguíneo. Al quedar infectados, se llenan de pus y líquido, lo que "hace dolorosa la respiración" y puede llegar a generar una "insuficiencia grave" en un proceso esencial para mantenernos vivos, afirma el doctor Pedro Landete, experto en neumología, en declaraciones a EFE.Lo síntomas incluyen fiebre intensa, dolor en el pecho, tos con pus, escalofríos, dificultad para respirar, nauseas, vómitos o diarrea.

Landete asegura que la función pulmonar "es el principal objetivo del coronavirus" una vez entra en nuestro organismo (según estudios recientes otros podrían ser corazón, riñones o intestinos) y que se están observando "neumonías bilaterales (inflamaciones) muy extensas". "Alrededor de 1 de cada 6 personas que contraen la COVID-19 desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar", añade la OMS al respecto.

Complicaciones

Cuando los virus que infectan el sistema respiratorio están presentes en los alveolos, pueden pasar a la sangre y acceder a través de ella a otras partes del cuerpo. Entonces pueden surgir más complicaciones y la enfermedad tiene la capacidad de ser letal. Entre los problemas que puede generar esto se encuentran una bajada en los niveles de oxígeno en sangre, con lo que la actividad de órganos vitales puede verse perjudicada; baja tensión arterial, que puede llegar a ser mortal por sí sola; un absceso pulmonar o un síndrome de dificultad respiratoria aguda.