La vuelta al cole es realmente incierta. Ante el posible cierre de colegiosal poco de empezar, muchos padres están empezando a buscar alternativas en casa con un mínimo de seguridad, no sólo para que los niños aprendan, sino para que ellos puedan trabajar. La educación es clave y que el aprendizaje a edades claves no se puede detener. Son los pandemic pods o microschools, una tendencia que en Estados Unidos tiene formados grupos en cada ciudad, localidad, con consejos y trucos para convertir el salón en una clase, y donde la búsqueda de profesores particulares ha disparado los precios. Hasta hoteles están ofreciendo sus salones para dar clases de forma segura a grupos reducidos.

Cierto que allí la educación en casa es algo que se conoce desde hace tiempo, pero toda ayuda será poca para que el otoño no sea un infierno, no sólo a nivel epidemiológico, sino para que la educación siga avanzando y no volvernos todos locos. 

Cómo son los pandemic pods

La creación de grupos de niños, en edades iguales, en mismo curso, en las casas de los padres, o bien de manera rotatoria, o bien siempre en la misma casa, manteniendo la deseada 'burbuja' y donde un profesor se traslada cada día durante varias horas. Una manera de seguir con el desarrollo social, emocional cognitivo... en medio de una pandemia mundial. 

Estas 'micro escuelas' buscan espacios al aire libre, una de las medidas más beneficiosas para evitar el contagio, ahora que hace buen tiempo, claro, y en espacios amplios; el problema está en las grandes ciudades con menos posibilidades de encontrar este tipo de espacios. Una manera de aprender con la naturaleza que supondría el gran cambio que desde hace años se viene buscando en la educación tradicional, mayor contacto con el medio ambiente. 

El problema que está surgiendo es la legalidad de este tipo de 'escuelas', la seguridad para los niños y el controlar realmente los precios, porque en la ciudad de Nueva York las tarifas empiezan a ser de varias ceros por hora. Pero, ¿qué hacer? Muchos padres afirman, en todos los lugares del mundo, que una cosa es ser padre, otra hacer teletrabajo, y otra estar además de profesor, algo muy complicado por lo que supone. ¿Estamos capacitados para enseñar a nuestros hijos lo que realmente necesitan?

El peligro de mantener las escuelas cerradas

Para Julie Chaccour, inmunóloga y experta en enfermedades infecciosas, "las escuelas cumplen una función importante al equilibrar las desigualdades sociales cubriendo diferentes niveles socioeconómicos en los barrios. El acceso a los recursos y servicios para amortiguar las pérdidas impuestas por las restricciones no se realiza por igual entre los diferentes grupos en un escenario de aprendizaje digital no inclusivo, lo que exacerba las desigualdades ya existentes".

"Sin enseñanza presencial, las niñas y los niños padecen una pérdida de educación cualitativa y cuantitativa, y los niños de familias desfavorecidas sufrirán el impacto de la interrupción de la vida normal durante meses, de forma inadvertida. Algunos niños sufren daños al bienestar, problemas nutricionales o alteraciones en su desarrollo social debido al aislamiento prolongado".

"La mayor presencia online no supervisada de menores también aumenta el riesgo de abuso sexual. El Centro Nacional Americano para Niños Desaparecidos y Explotados (American National Center for Missing and Exploited Children o NCMEC) ha informado de un incremento del 400% en quejas por abusos durante el pasado mes de abril comparado con el mismo mes de 2019. Es necesario tener en cuenta el aumento de las desigualdades sociales y otras posibles consecuencias adversas para mejorar la vigilancia epidemiológica y proporcionar una evaluación de impacto más justa", finaliza.