Con el cierre de las peluquerías por el estado de alarma decretado a raíz de la pandemia del coronavirus, el recurso de cortarse el pelo en casa se puede convertir en inevitable y necesario para muchos hombres, especialmente si la extraordinaria situación que vivimos actualmente continúa alargándose en el tiempo.

Así, antes de ponerse manos a la obra, hay dos recomendaciones básicas para los que quieran iniciarse en este arte: que el cabello de la persona que vaya a recibir el corte esté recién lavado, ya que facilita en gran medida la tarea, y utilizar, siempre que sea posible, tijeras largas de peluquería bien afiladas.

Asimismo es conveniente disponer de un peine muy fino y de dos espejos para poder tener bien controlado tanto la parte delantera del pelo como la trasera mientras se realiza la operación. También es de gran ayuda poder contar con una maquinilla, aunque en este caso el pelo debe estar seco antes de su utilización. Y, por aquello de la higiene y facilitar la limpieza, es útil poder contar igualmente con una toalla para situar sobre los hombros de la persona que se va a prestar a esta misión.

Sin cortes bruscos

Como muestra el estilista Antonio Vargas en su canal de YouTube, lo ideal es comenzar el corte con una maquinilla por la parte inferior trasera de la cabeza, yendo de arriba abajo y de oreja a oreja. Para la zona superior se debe utilizar tijeras y el peine. La longitud del cabello ya dependerá del gusto de la persona. Si lo quiere completamente rapado, la tarea quedaría altamente facilitada, claro está. Y es que con el uso de la maquinilla bastaría. Para un lograr un peinado menos extremo, hay que evitar cortes bruscos para no producir trasquilones que tengan difícil solución.

Además, la teoría dice que es necesario coger los mechones con los dedos para cortar la parte que sobresale, de manera perpendicular a los dedos. Este procedimiento habría que repetirlo varias veces hasta lograr el objetivo deseado. Una botella de espray con agua para mantener húmedo el pelo puede ser muy útil en este caso. Para el flequillo, el peine es de gran utilidad y el corte debe hacerse lentamente con tijeras. Precisamente este consejo, el de ir a un ritmo pausado, es aplicable a todo el proceso para evitar errores, sobre todo si no se tiene mucha experiencia.