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VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 21

Roglic sella su primera grande y ahora apunta al Tour

La Vuelta cerró con la victoria de Jakobsen al sprint y con un podio de contrastes, de presente (Roglic), pasado (Valverde) y futuro (Pogacar).

Roglic sella su primera grande y ahora apunta al Tour
EFE

Primoz Roglic cayó en la bicicleta desde un trampolín para convertirse en ganador de la Vuelta a España 2019. Literal. Roglic fue saltador de esquí en sus tiempos mozos, con un elevado nivel competitivo que le condujo al título de campeón mundial júnior por equipos en 2007. Un tremendo accidente en uno de esos vuelos le metió el susto en el cuerpo y dejó de saltar… Aunque aquello fue realmente el arranque de otro salto, el más alto y vertiginoso de su vida: su llegada al ciclismo con 21 años. Aquí sigue disfrutando de la velocidad, del equilibrio… Y también del éxito. Para no olvidar aquella época, el esloveno hace en los podios la posición de telemark, esa genuflexión que sella cada aterrizaje de los esquiadores.

En el caso de Primoz Roglic, doblar las rodillas es sinónimo de victoria, una postura que ya ha tenido la oportunidad de adoptar once veces en la actual temporada, con la guinda final de la Vuelta, su triunfo más sobresaliente. El Jumbo-Visma perseguía una grande en los últimos años, ha sido animador habitual en el Tour y en el Giro, donde este 2019 alcanzó el podio con los terceros puestos de Kruijswijk y el propio Roglic. La escuadra holandesa al fin cazó su grande: la Vuelta. Y ahora pone las miras en Francia. “¿Por qué no?”, respondió el esloveno cuando se le preguntó si el Tour sería su próxima meta. Tiene 29 años, una edad ideal, no está muy castigado, porque llegó tarde al ciclismo, y sube casi tan bien como rinde en contrarreloj, así que su perfil es modélico para desafiar a los gallos del Ineos en el escenario estelar, en la Grande Boucle.

La primera del Jumbo también es la primera de Eslovenia, el 14º país que entra en el palmarés de la Vuelta y el 20º en coronarse en una grande. La última incorporación había sido Ecuador con Richard Carapaz en el pasado Giro. Si a estos dos resultados añadimos el triunfo de Egan Bernal, primer colombiano en adjudicarse el Tour, comprobamos los estrenos de tres campeones en el actual curso. Roglic, Bernal y Carapaz traen savia nueva a las grandes carreras, una alternativa a los treintañeros Froome, Nibali o Thomas.

Algo está cambiando en el ciclismo. Y no sólo por el desembarco de este trío. Al podio de la Vuelta se ha aupado otro esloveno, Tadej Pogacar, vencedor además de tres etapas. El próximo sábado cumplirá 21 años, una edad inusual para brillar tres semanas con esta regularidad. El futuro se abre a sus pies, con permiso de ese Ferrari de 19 que viene por detrás, Remco Evenepoel, y de ese Mercedes de 22, Egan Bernal, que ya ha celebrado su primer Tour.

La edad de Pogacar contrasta con la de su compañero de fotografía en Cibeles: el incombustible Alejandro Valverde. Cuando el murciano subió al cajón por primera vez en la Vuelta en 2003, y ya suma siete, el esloveno tenía sólo 5 años. Valverde continúa competitivo a los 39, lo que dice mucho de su clase y no tanto del porvenir del ciclismo español, que no participa, de momento, de esta nueva juventud de oro. El siguiente corredor nacional de la general, en la novena plaza, ha sido Marc Soler, de 25, a quien el Movistar debería soltarle ya el cordel.

La Vuelta cerró este domingo con la victoria al sprint de otro pipiolo de 23 años, Fabio Jakobsen, la segunda en su casillero y la quinta del equipo Deceuninck en esta edición. Y con ese podio tan dispar, de presente (Roglic), pasado (Valverde) y futuro (Pogacar). Un podio de generaciones.

Fabio Jakobsen batió a Sam Bennett en el sprint de Madrid.
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Fabio Jakobsen batió a Sam Bennett en el sprint de Madrid.Photogomez Sport