El Movistar cambia de mandos
La Vuelta llegó a su fin con su clásico paseo por Madrid y la nueva temporada ciclista está a la vuelta de la esquina, a falta del Campeonato del Mundo. La mayoría de los equipos ya han anunciado sus principales movimientos de cara al próximo curso y el del Movistar está cargado de juventud. Serán baja Landa, Quintana y Carapaz y tomarán galones Mas y Soler. Yo habría renovado al alavés o al ecuatoriano, para no cargar tanto de responsabilidad a sus dos jóvenes promesas, aunque, a veces, para progresar hay que enfrentarse sin red a los retos. Las victorias del ciclismo español están en sus manos. De todas formas, si alguno de los dos no alcanza todo su potencial, estará Valverde para sacar las castañas del fuego. Hasta que se retire, se mantendrá entre los favoritos. El campeón del mundo parece inmortal.
Esta edición de la Vuelta no ha dado lugar a las sorpresas. Roglic dijo que venía a ganar y cumplió con lo prometido. Estuvo imperial, desde el principio hasta el final, y no mostró momentos de clara debilidad que pudiesen hacer pensar que su maillot rojo estuviese en peligro. Me quedé con ganas de ver algo más de López, pero entregó todo lo que tenía y no se le puede pedir más. Su vacío lo llenó la ilusionante irrupción de Pogacar. El esloveno es, junto a Bernal y Evenepoel, la nueva cara del ciclismo. El futuro de este deporte ya está aquí para quedarse.