Roglic saca el rodillo
El esloveno ganó la contrarreloj de Pau y metió importantes diferencias a sus rivales: 1:38 a Valverde, 2:00 a Superman López, y 3:06 a Nairo Quintana.
Primoz Roglic sacó el rodillo. Como estaba previsto. La única contrarreloj individual de la Vuelta a España 2019, esos 36,2 kilómetros por las carreteras de Pau, escenario pirenaico de numerosos lances heroicos en el Tour de Francia, alzó a lo más alto al primer favorito en los pronósticos, que ya viste de rojo, un maillot que tiene intención de conservar hasta Madrid. Etapa y liderato para este ex saltador de esquí de 29 años que ahora deslumbra sobre una bicicleta. Uno de los premios se lo entregó Miguel Indurain en el podio, un campeón que pisó esta ciudad francesa vestido de amarillo, una leyenda que algo sabe de crujir a sus rivales en las cronos y de dosificar después esas ventajas. Eso es lo que le toca a partir de hoy a Roglic. Quizá Miguel le ha susurrado algún consejo al oído.
Roglic es el mejor especialista contra el cronómetro de esta Vuelta, como en su día lo era Indurain en el Tour, así que no podía desaprovechar la oportunidad que le presentaba el recorrido para abrir hueco con sus rivales. El esloveno arrancó la apisonadora sin miramientos y metió 1:38 a Alejandro Valverde, 2:00 a Miguel Ángel López, y 3:06 minutos a Nairo Quintana. Las diferencias que hasta ahora se habían calculado en segundos entre este cuarteto cabecero pasan a sumar otro dígito y a medirse en minutos. Empieza otra Vuelta.
Roglic se ha convertido en el sexto líder de esta Vuelta, en la que el maillot rojo ha estado juguetón y ha ido saltando por el pelotón. Esta vez, más que nunca, parece que la prenda ha encontrado un propietario que apunta a definitivo. Ya lo decían las apuestas. Ahora, también, lo dicta la carretera.
El reloj ha dejado un panorama limpio para Roglic, que además de rendir contra el crono, sube tan bien como el mejor. Aun así, queda todavía terreno para asaltar su trono, aunque se presuma una empresa complicada. Especialmente la dos etapas asturianas, el domingo (El Acebo) y el lunes (La Cubilla), pero también los Machucos (este jueves), y las Sierras de Guadarrama y Gredos en la última semana. El esloveno ya sufrió una caída en la contrarreloj por equipos inaugural, en Torrevieja, donde el Jumbo partía como indiscutible favorito. Esto es ciclismo. Y a veces pasan cosas inesperadas.
Otro esloveno, Tadej Pogacar, también asombró en el primer tramo de la contrarreloj. Esa actuación, unida a su impresionante victoria en la jornada andorrana de Cortals d’Encamp, le estaba colocando en puestos de podio, como invitado de honor en una lucha por la general que parecía reducida a cuatro aspirantes. Pogacar, ese diamante de futuro, pagó luego los esfuerzos. Tiene 20 años. Errores de juventud. La crono le mantuvo en la quinta plaza, pero ahora muy cerquita del siguiente: a 5 segundos de un desconocido Quintana. Hay que contar con él en la fiesta.
La jornada disipó quién porta los galones del Movistar. El capitán era Nairo Quintana en la salida de Jurançon, pero ahora ya no está tan claro. El colombiano sabía que iba a perder el maillot rojo, porque había un torpedo que iba a arrasarlos a todos, pero nadie imaginaba que se pudiera dejar tres minutos en una especialidad que no se le da tan mal. El incombustible Alejandro Valverde, a sus 39 años, se coloca segundo de la clasificación general, a 1:52. Están lejos de Roglic, pero son dos bazas. La unión hace fuerza. Aunque la fuerza le falló este miércoles a Nairo. Y de la unión, esta temporada, mejor ni hablar. De ellos depende.