"Cuando gané en California un rival preguntó quién era"
El corredor español del Bahrain-Merida debuta este año en el Tour con el objetivo de entrar en los esprints: "En el equipo me dan libertad".
Iván García Cortina (Gijón, 23 años) debuta en el Tour en las filas del Bahrain, en el que cumple su tercera temporada y con el que tiene contrato en vigor para 2020. En la escuadra confían en él, como demuestra que le dejen libertad para buscarse la vida en los esprints, pese a que en la alineación figura Sonny Colbrelli, un hombre rápido con más bagaje: "De momento me noto de maravilla, en mi salsa. Evidentemente, impacta la carrera por todo lo que se mueve alrededor. Sin embargo, es una competición como otra cualquiera: gana el que llega primero. Y me siento con buenas piernas, emocionado por hacerlo bien y por meterme en las volatas".
El asturiano se formó en su tierra y fichó por la Fundación Euskadi en 2014. De allí dio el salto al filial del Deceuninck, el Constantia, con el que corrió en 2015 y 2016. Al pertenecer a un equipo belga, comenzó a disfrutar de las clásicas del norte: "Me gustan mucho ese tipo de pruebas, quizá no sea el prototipo de español al que le motivan las grandes vueltas. A mí me entusiasman la atmósfera de los aficionados y las características especiales de un solo día... aparte de que se adaptan bien a mis condiciones". Aunque en 2016 se anotó una etapa en la Carrera de la Solidaridad y de los Campeones Olímpicos como ciclista Sub-23, se estrenó de profesional este curso en el Tour de California, en el World Tour.
Aquella jornada con final en Ventura no la olvidará: "Se trató de la primera vez en la que el Bahrain apostó y trabajó totalmente para mí, y aproveché la oportunidad. Recuerdo que un rival se acercó a Rohan Dennis y le preguntó que por qué tirábamos. Él le respondió que para lanzar a Cortina. Y la conversación terminó con algo así: '¿Pero qué leches dices? ¿Y quién es ese?'. Desde entonces ya lo sabe". Con el australiano guarda muy buena relación y comparte habitación en este Tour. De él y de Vincenzo Nibali espera que completen "la mejor general": "Les echaré una mano en lo que necesiten y yo pueda ayudarles".
Fuera de la carretera le apasionan "la fotografía, los tatuajes y el café": "Me compré una cámara bastante majita, compacta y manejable para los viajes, una Sony RX-100. Me encanta ir por ahí y hacer fotos. Procuro aprovechar mi profesión para descubrir nuevas culturas, nuevos idiomas y nuevos lugares". Espontáneo, distinto y valiente, tiene todo el futuro por delante. En el esprint de Nancy terminó en 15ª posición, un puesto por detrás de Matej Mohoric y tres por delante de Colbrelli: "Aunque los tres dispusimos de libertad para intentarlo, nadie dijo que las llegadas masivas en el Tour resultaran sencillas. Poco a poco. Quizá peguemos la campanada".