Valverde araña tiempo a Yates y Enric Mas se mete en el podio
El murciano recortó 8 segundos y se queda a 25" del maillot. El balear se sitúa tercero, a 1:22. Kruijswijk y Quintana cedieron 1:44. Woods ganó en el Monte Oiz.
Ya no hay debate en el Movistar. Alejandro Valverde es el jefe. Un valiente ataque del murciano en las exigentes rampas del Monte Oiz, a 3,5 kilómetros de la meta, destapó las debilidades de su propio compañero, Nairo Quintana, que cedió sus opciones de ganar esta Vuelta 2018. Si es que todavía le quedaba alguna. Valverde recortó ocho segundos a Simon Yates, se coloca a 25” del maillot rojo y se erige como la gran alternativa al británico. Si uno mira por el retrovisor, surge irremediablemente una pregunta: ¿Qué hubiera sido de Valverde si hubiera corrido para él, en lugar de haber estado cerrando el hueco a Quintana en otras etapas de montaña? Ahora lo lógico, y lo justo, es que el colombiano le devuelva el favor. Nairo confirma que lo hará.
Valverde cruzó la meta junto a Enric Mas: 15 años les separan. El aprendiz aguantó la última arrancada del maestro en el tramo final, para picarle esos ocho segundos a Yates. Al balear le valió para auparse a la tercera plaza del podio, a 1:22. Steven Kruisjwijk, que ocupaba ese peldaño, tampoco resistió el ritmo de la batalla y cedió 1:04 ante ambos, igual que Nairo Quintana. Sólo Superman López se metió con bravura en la pelea, lo que le sirvió para remontar dos posiciones: es cuarto. Mas y López se están jugando un puesto en el cajón y también alzarse como el mejor joven de la Vuelta, ese premio que identifica el Dorsal AS.
Este mordisco en la clasificación general tendrá que convertirse en un bocado de medio minuto si Valverde quiere la Vuelta. Y, según hemos visto, sí quiere y sí puede. Por delante restan dos metas en alto: una llegada ‘unipuerto’ a La Rabassa, el viernes, y una etapa de gran montaña por Andorra, el sábado, con final en La Gallina. Con este terreno pendiente, Enric Mas también puede soñar… Aunque, de momento, ya es un sueño tenerle en el podio.
Las bonificaciones pueden asumir todavía un importante rol desde aquí a Madrid. El rojo es cuestión de segundos. Este miércoles, sin embargo, no tuvieron relevancia, porque el triunfo de etapa se lo jugó una numerosa escapada de 26 ciclistas, con gente de renombre: Nibali, Majka, Zakarin, Mollema, De Gendt, De Marchi, Clarke… Entre los españoles relucían De la Cruz, que acabó tercero; Omar Fraile, muy activo ante el siempre caluroso público vizcaíno, y Jesús Herrada, el exlíder. La etapa se la llevó Michael Woods, un canadiense de 31 años que fue atleta en sus tiempos mozos, con una marca de 3:39 minutos en 1.500. El mediofondista ya fue protagonista en la última edición, en la que acabó séptimo después de haber pujado incluso por el podio. Su victoria en el Balcón de Bizkaia es el mayor éxito de su carrera. No pudo reprimir las lágrimas.
El maillot rojo no cambió, pero sí el de lunares azules, ese que había vestido Luis Ángel Maté desde la primera jornada de la Vuelta. El Lince de Marbella ha perdido la frescura de aquella primera semana andaluza y llevaba varios días penando por una bronquitis, que este miércoles volvió a relegarle a los últimos puestos del pelotón. El nuevo líder es el batallador Thomas de Gendt, un honorable sucesor que coronó en cabeza los cuatro puertos previos. Ese hombre que disfruta más escapado que en grupo. Su vida es una aventura.
