La bilbainada de Igor Antón en el regreso al País Vasco
Ganó en Bilbao el 9 de septiembre de 2011, en una etapa que pasaba por la puerta de su casa y que suponía el retorno de la Vuelta a Euskadi 33 años después.
“Parecerá una bilbainada, pero ya me puedo retirar”, dijo Igor Antón el 9 de septiembre de 2011, tras ganar en Bilbao la 19ª etapa de la Vuelta. La fecha era muy especial, porque el recorrido pasaba literalmente por la puerta de su casa. Pero, sobre todo, porque la ronda española regresaba a Euskadi después de 33 años de ausencia. “Cuando entramos al País Vasco por Las Muñecas, se nos puso la piel de gallina”, se emocionó.
En aquel 1978, los tiempos eran convulsos. La violencia de ETA y de grupos afines era tristemente cotidiana. El primer sector de la última etapa, entre Amurrio y San Sebastián, se interrumpió en Durango, con la carretera cortada con vigas de madera y piedras. Se neutralizó hasta Zarautz, sólo se recorrieron 35 kilómetros y Txomin Perurena logró el triunfo. Por la tarde se mantuvo la contrarreloj final, pero se anularon los resultados porque a los ciclistas les tiraron tierra y objetos. Ante este ambiente, El Correo renunció a la organización para el siguiente año. Y se tardó en volver.
No era la primera vez que sucedía algo así. En 1967, los ciclistas patinaron y pincharon con aceite y clavos en el descenso de Sollube. Y en 1968, una bomba estalló en Urbasa poco antes del paso del pelotón.
Han pasado 40 años desde 1978, la Vuelta a España ya ha normalizado su presencia en el País Vasco... Y Antón no se ha retirado.