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VUELTA A ESPAÑA

Viviani ya tiene su doblete y Simon Yates salva un pinchazo

El italiano logró al sprint su segunda victoria, las mismas que suman Valverde y Ben King. A 15 kilómetros hubo un aluvión de pinchazos: Kelderman, Nairo, el maillot rojo...

Viviani ya tiene su doblete y Simon Yates salva un pinchazo
La Vuelta

La Vuelta a España 2018 desmiente la chanza que circulaba por el mundillo ciclista de que los gemelos Yates corrían siempre separados, para ir turnándose en la carrera por días. Son tan parecidos, que nadie se percataría de la diferencia. Así podrían repartirse esfuerzos. Además, son tan buenos, que el rendimiento tampoco iba a experimentar pronunciados altibajos. Durante un tiempo se debatía sobre quién era el mejor. Adam terminó cuarto el Tour 2014 y ganó la Clásica de San Sebastián un año después. Simon fue sexto en la Vuelta 2016 y estuvo a punto de conquistar el Giro 2018, donde cazó tres etapas y vistió 13 días la maglia rosa. Aquí están corriendo los dos y de momento Simon rueda embutido en el maillot rojo y Adam circula a más de una hora... Siempre atento de su hermano.

Este martes, a una quincena de kilómetros, hubo un aluvión de misteriosos pinchazos, que más misteriosamente aún afectaron a varios gallos de la carrera: Nairo Quintana, Wilco Kelderman… Y Simon Yates. Un par de gregarios le esperaron para reintegrarle en el pelotón. Uno de ellos era Adam, su gemelo. Ningún equipo quiso aprovecharse de la circunstancia y solventaron el contratiempo. Kelderman, incluso, volvió a pinchar y entró descolgado, pero, ya dentro de la zona técnica, no le picaron tiempo. El expediente X se fue resolviendo en las redes sociales. Las primeras sospechas apuntaban a algún vándalo con clavos o chinchetas. Pero no. La explicación que ofrecían los lugareños y los cicloturistas de la zona era mucho más natural y respondía al nombre de abrojos, una planta autóctona que desprende unas bolas con espinas, que invadió la calzada a causa del viento. 

Simon Yates retuvo el maillot rojo en Bermillo de Sayago a pesar del susto que tuvo que sortear a una quincena de kilómetros: un pinchazo.
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Simon Yates retuvo el maillot rojo en Bermillo de Sayago a pesar del susto que tuvo que sortear a una quincena de kilómetros: un pinchazo.AFP

Otros dos gemelos, en este caso gemelas, tuvieron protagonismo. Dan Martin no había tomado la salida, como ya anunció el lunes de descanso, por el nacimiento de sus dos niñas. El irlandés se convertía así en el segundo retirado de la Vuelta. El primero había sido Maurits Lammertink, que el sábado no se presentó en el control de firmas de la octava etapa por unos dolores abdominales producidos por una caída. Demasiado tarde para lo que es habitual en una gran ronda. Una vez abierto el grifo de los abandonos, este martes también se despidió Simone Petilli, aunque en su caso lo hizo en ambulancia con un severo traumatismo craneal. Fue una imagen escalofriante y preocupante de una etapa llana destinada a cumplir el guion clásico: escapada, captura y sprint. Los médicos de la Vuelta lograron estabilizarle en la ambulancia, que descartó adelantar al pelotón ya en los últimos kilómetros del recorrido.

El guion se cumplió, claro. Los fugados fueron Jesús Ezquerra, del guerrillero Burgos BH; y Tiago Machado, un insistente aventurero. El Bora de Peter Sagan intentó luego apretar en el Alto de Fermoselle, la única cota del día, pero sin suficiente dureza para descolgar a los devoradores de la última recta, como era su objetivo. Todos los ilustres velocistas de la Vuelta, que este año sí los hay, superaron la subida y los abrojos y se plantaron con el cuchillo entre los dientes en las calles de Bermillo de Sayago, en la misma comarca que, según las leyendas zamoranas, nació el legendario Viriato. Ahí alzó los brazos Elia Viviani, el más rápido de este certamen, que ya suma dos victorias en la Vuelta, las mismas que Alejandro Valverde y Ben King. El club del doblete.