Valverde es el rey del Caminito y Kwiatkowski se viste de rojo
El Movistar y el Sky asumieron la responsabilidad en el tramo final y sus gallos respondieron. El español ganó la etapa y el polaco es el nuevo líder.
La Vuelta a España 2018 nació con nueve llegadas en alto, pero una se quedó por el camino… En el Caminito del Rey, concretamente. La carrera ya había estado aquí en 2015, pero entonces terminó dos kilómetros más arriba, que además eran los dos kilómetros más exigentes. La meta se cambió esta vez para acabar en el Centro de Interpretación. Quien paga, dispone. Hay mucho interés por promocionar el rehabilitado Caminito, que pretende ser uno de los referentes del turismo interior de la provincia de Málaga, con esa pasarela peatonal por el Desfiladero de los Gaitanes, que inauguró Alfonso XIII… De ahí lo del Rey.
El Rey de aquel 2015 fue Esteban Chaves, que conquistó la victoria y el maillot rojo. En segunda posición entró Tom Dumoulin. Ambos se presentaron así en la alta sociedad del ciclismo, donde han hecho grandes cosas desde entonces. El holandés tiene un Giro en su palmarés y el colombiano estuvo a punto de adjudicarse otro. Chavito anda actualmente con problemas físicos y anímicos, mientras que Dumoulin se perfila como el futuro campeón del Tour. También aquel día, Vincenzo Nibali fue expulsado por remontar agarrado al coche de su equipo, después de haberse quedado cortado por una montonera. Este domingo también se cortó, pero falto de fuerzas, y cedió 4:04 minutos. Recordemos que se rompió una vértebra en el Tour.
El Rey de este 2018 ha sido Alejandro Valverde, que ganó la etapa, la 12ª victoria de su temporada, a sus gloriosos 38 años. O Michal Kwiatkowski, si giramos la mirada hacia la general. A 20 kilómetros se habían descolgado el maillot rojo, Rohan Dennis; el favorito para la etapa, Peter Sagan, y el favorito de los apostantes, el apático Richie Porte, que se dejó otros 13:31 minutos. Era la hora de asumir responsabilidades. Y lo hicieron dos equipos que llevan grabado ese rol en su pedigrí. El más poderoso: el Sky. Y el anfitrión: el Movistar. Sus dos líderes respondieron, espoleados por un salto de Laurent De Plus a poco más de un kilómetro. Valverde respondió en primera persona, con Kwiatkowski a su rueda. Los reyes del Caminito. Y de la Vuelta. Ayer escribíamos que Kwiatkowski había hecho de Froome en la contrarreloj. Ahora es directamente Froome. El amo. El Sky cría campeones.
En esta ocasión también se sufrieron caídas, un clásico en los días iniciales de las grandes vueltas. Entre los implicados hubo ciclistas importantes, en especial Ilnur Zakarin, tercero en el podio del año pasado; Wilco Kelderman, cuarto en aquella edición y ya tercero en la actual; Omar Fraile, vencedor de una etapa del Tour, y Fabio Aru, campeón de la Vuelta en 2015. Gente relevante. El ruso terminó la jornada bastante afectado y con un retraso de 1:01. Los infortunios también criban y seleccionan la clasificación general.
La etapa había comenzado con una escapada de siete ciclistas en el kilómetro uno, con representación completa de los cuatro equipos invitados por la Vuelta. Uno de ellos fue Luis Ángel Maté (Cofidis), que partía muy motivado desde su casa de Marbella y se convirtió en el primer líder de la Montaña por las carreteras de casa. Las tres escuadras nacionales también metieron a Jonathan Lastra (Caja Rural), Pablo Torres (Burgos-BH) y Héctor Sáez (Euskadi-Murias). Fue su manera de dar las gracias. Y también de exprimir las fuerzas frescas, no vaya a ser que salte pronto la reserva. Los cuatro españoles rodaron con Gougeard (Ag2r), De Gendt (Lotto-Soudal) y Rolland (Education First), hasta que el pelotón quiso. No culminaron, pero es de bien nacido ser agradecido.