Nibali remonta, Contador se hunde y Froome ya es líder

EI primer contacto de la Vuelta con la gran montaña tuvo un desenlace espectacular. El resumen no ofrece respiro, igual que la etapa: Nibali ganó en Andorra tras una frenética remontada; Froome ya luce el maillot rojo gracias a dos bonificaciones; Chaves fue el único que resistió el ataque del africano en subida; De la Cruz se aupó como mejor español (segundo en la etapa y la general); Aru y Bardet han venido con ambiciosas intenciones; y Contador se hundió y cedió 2:33 minutos. Muchos nombres propios. Muchas emociones en los Pirineos.

Nos situamos en el kilómetro 145, a sólo 13 de la meta. El sprint intermedio está ubicado en Andorra la Vella. Hasta llegar ahí, el pelotón ha subido los dos primeros grandes puertos de la Vuelta: La Perche (19,5 km al 4,8%) y La Rabassa (13,3 km al 6,8%). Hay escaramuzas, con una fuga de ocho corredores en la que, como casi siempre, se mete De Gendt. Un clásico. La Rabassa se toma las primeras víctimas: Rubén Fernández y Marc Soler, los dos jóvenes que aspiraban a liderar el Movistar. Una pena: la Vuelta y el ciclismo español necesitan su frescura.

Así llegamos a ese sprint. El equipo UAE trabaja para Rui Costa, residente en Andorra. Y de repente… Zas. Froome aparece por la derecha, pasa detrás de su compañero Rosa y se embolsa dos segundos. La cosa está clara: quiere el maillot rojo. Hace dos años, camino de Andorra, sufrió una caída y tuvo que retirarse al día siguiente. Busca un desquite especial.

El siguiente capítulo se encadena sin pausa. Después del sprint arranca la última ascensión. Es el puerto menos duro de los tres, La Comella (4,3 kilómetros al 8,6%), pero las piernas ya duelen. Por las ascensiones previas, por el viento del día anterior… El Sky toma el mando a un ritmo brutal. Hay lluvia de descolgados. Una escabechina. Entre los gallos se queda Contador. No va. También ceden Maj­ka, Zakarin, Kruijswijk, Barguil… La cabeza se reduce a una decena. Los elegidos.

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Froome no otorga descanso. Y ataca con dureza. Este año ha cambiado su preparación para llegar más fresco a la ronda española. Eso aparenta. Sólo un ciclista responde al latigazo: Chaves, otro abonado a la Vuelta. El colombiano había jugado al despiste en la víspera, decía que venía fatigado, que acabó mal en París… Para nada. Ambos coronan juntos. Detrás, Aru y Bardet, otros protagonistas del Tour, han relegado a Nibali, que no encuentra la pedalada.

Se agrupan en la bajada. Froome, Chaves, Aru y Bardet. Las apuestas sólo apuntan al cuarteto. Que si Chaves es rápido, que si ojo con Bardet, que si Froome quiere también la etapa… Entran en el último kilómetro. Y la película cambia por completo. Llega un quinteto con Nibali, De la Cruz, Roche, Van Garderen y Pozzovivo. El 'Tiburón' está enrabietado. Ni se lo piensa. Lanza su ataque lejano, mortífero. Y conquista la etapa. Su remontada es un mensaje a los rivales: estoy vivo.

En la segunda posición cruza De la Cruz, vencedor y líder en el Naranco el año pasado. Tenía ilusión por llegar de rojo a su Cataluña. Aun así reivindica el ciclismo de casa, justo el día que Contador ha sucumbido. Se coloca segundo en la general, a sólo 2” de su futuro jefe en el Sky, Froome, que viste el maillot por dos bonificaciones: 2” y 4”. El rey ya reina. Pero hay Vuelta. Y muchos nombres propios.